lunes, 1 de febrero de 2016

GÉNESIS. CAPÍTULO 3.

31La serpiente era el animal más astuto de cuantos el Señor Dios había creado; y entabló conversación con la mujer:
-¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del parque?
2La mujer contestó a la serpiente:
3-¡No! Podemos comer de todos los árboles del jardín; solamente del árbol que está en medio del jardín nos ha prohibido Dios comer o tocarlo, bajo pena de muerte.
4La serpiente replicó:
5-¡Nada de pena de muerte! Lo que pasa es que sabe Dios que, en cuanto comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como Dios, versados en el bien y el mal.
6Entonces la mujer cayó en la cuenta de que el árbol tentaba el apetito, era un delicia de ver y deseable para tener acierto. Tomó fruta del árbol, comió y se la alargó a su marido, que comió con ella.
7Se le abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. 8Oyeron al Señor Dios, que se paseaba por el jardín tomando el fresco. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín, para que el Señor Dios no los viera.
9Pero el Señor Dios llamó al hombre:
-¿Dónde estás?
10El contestó:
-Te oí en el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo, y me escondí.
11El Señor Dios le replicó:
-Y ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿A que has comido del árbol prohibido?
12El hombre respondió:
-La mujer que me diste por compañera me alargó el fruto y comí.
13El Señor Dios dijo a la mujer:
-¿Qué has hecho?
Ella respondió:
-La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
-Por haber hecho eso, maldita tú entre todos los animales domésticos y salvajes; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; 15pongo hostilidad contra ti y la mujer*, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.
16A la mujer le dijo:
-Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará.
17Al hombre le dijo:
-Porque le hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol prohibido, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; 18brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. 19Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás.
20El hombre llamó a su mujer Eva*, por ser la madre de todos los que viven.
21El Señor Dios hizo pellizas para el hombre y su mujer y se las vistió.
22Y el Señor Dios dijo:
-Si el hombre es ya como uno de nosotros, versado en el bien y el mal, ahora sólo le falta echar mano al árbol de la vida, tomar, comer y vivir para siempre.
23Y el Señor Dios lo expulsó del paraíso, para que labrase la tierra de donde lo había sacado. 24Echó al hombre, y a oriente del parque de Edén colocó a los querubines y la espada llameante que oscilaba para cerrar el camino del árbol de la vida.

Explicación.

3,1 La serpiente representa en las culturas circundantes la fuerza hostil a Dios y a su plan. Personificación del mal activo, seductor o agresor. Ben Sira no la menciona (Eclo 15, 11-20: origen del pecado); Sab 2,24 habla de la "envidia del diablo"; Ap 12,8-9 acumula nombres, identificando e interpretando: "dragón, serpiente primordial, satán, diablo, acusador" ("acusador" traduce el griego diábolos, el cual traduce el hebreo satán).

Además el nombre hebreo de serpiente coincide con el de "vaticinio". El falso oráculo es arma de la serpiente contra Eva: quita la base a la prohibición de Dios, le atribuye aviesas intenciones, promete como bien lo que es mal; pues conocer el mal por experiencia es un mal. Sobre semejante oráculo: Sal 14; Hab 2,18 "maestro de mentiras".

3,5 Véase Ez 28,2.

3,6 Aludido por Pablo en 2 Cor 11,3.

3,7-10 La relación mutua se turba con la vergüenza y surge el encubrimiento. La relación con Dios se turba con la cautela y el miedo, y sucede otro encubrimiento; Ap 3,18; Eclo 23,18-19.

3,7 Gn 20,22s.

3,8 Eclo 24,18.

3,12 1 Tim 2,14.

3,14-19 La sentencia recoge en orden inverso el interrogatorio; contiene elementos etiológicos o de explicación por las causas de la condición actual del hombre, de la mujer, de la serpiente. Imperara la tensión: en la mujer entre ansia y sumisión, en el hombre entre alimento y sudor. Ha vencido la serpiente porque ha introducido el mal: victoria limitada, porque el bien vencerá; toda la historia quedará bajo el signo de dicha hostilidad. En hebreo el sujeto de "herirá" es el linaje, en latín es la mujer (ipsa). Miq 7,17.

3,15 Is 11,8. * La Vulgata lee "ella".

3,16 Gn 25,22; 35,17s.

3,18 Is 27,4.

3,19 Lo que es condición del hombre (Eclo 17,1) se convierta en condena por su pecado.

3,20 "Un juego de palabras liga el nombre de Eva a la raíz de vivir hwh ( = vitalidad).

3,22 Ap 22,2.

3,23 La sentencia de muerte es conmutada en destierro perpetuo del paraíso. Como reminiscencia mítica véase Ez 28,12-19; podría haber una proyección de la experiencia del destierro. En el trabajo arduo el hombre comienza a volver a su lugar de origen, y no como simple dominador.

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