lunes, 1 de febrero de 2016

GÉNESIS. CAPÍTULO 39.

José, mayordomo de Putifar

391Cuando llevaron a José a Egipto, Putifar, un egipcio ministro y mayordomo del Faraón, se lo compró a los ismaelitas que lo habían traído.
2El Señor estaba con José y le dio suerte, de modo que lo dejaron en casa de su amo egipcio. 3Su amo, viendo que el Señor estaba con él y que hacía prosperar todo lo que él emprendía, 4le tomó afecto y lo puso a su servicio personal, poniéndolo al frente de su casa y encomendándole todas sus cosas. 5Desde que lo puso al frente de su casa y de todo lo suyo, el Señor bendijo la casa del egipcio en atención a José, y vino la bendición del Señor sobre todo lo que poseía, en casa y en el campo. 6Putifar lo puso todo en manos de José, sin preocuparse de otra cosa que del pan que comía. José era guapo y de buen tipo.

Tentación, calumnia y cárcel (Prov 7; Dn 13)

7Pasado cierto tiempo, la mujer del amo puso los ojos en José y le propuso:
-Acuéstate conmigo.
8Él rehusó, diciendo a la mujer del amo:
-Mira, mi amo no se ocupa de nada de casa, todo lo suyo lo ha puesto en mis manos; 9no ejerce en casa más autoridad que yo, y no se ha reservado nada sino a ti, que eres su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo semejante crimen pecando contra Dios?
10Ella insistía un día y otro para que se acostase con ella o estuviese con ella, pero él no le hacía caso. 11Un día de tantos, entró él en casa a despachar sus asuntos, y no estaba en casa ninguno de los empleados, 12ella lo agarró por el traje y le dijo:
-Acuéstate conmigo.
13Pero él soltó el traje en sus manos y salió fuera corriendo.
Ella, al ver que le había dejado el traje en la mano y había corrido afuera, llamó a los criados y les dijo:
14-Mirad, nos han traído un hebreo para que se aproveche de nosotros; ha entrado en mi habitación para acostarse conmigo, pero yo he gritado fuerte; 15al oír que yo levantaba la voz y gritaba, soltó el traje junto a mí y salió afuera corriendo.
16Y retuvo consigo el manto hasta que volviese a casa su marido, 17y le contó la misma historia:
-El esclavo hebreo que trajiste ha entrado en mi habitación para aprovecharse de mí, 18yo alcé la voz y grité y él dejó el traje junto a mí y salió corriendo.
19Cuando el marido oyó la historia que le contaba su mujer, "tu esclavo me ha hecho esto", montó en cólera, 20tomó a José y lo metió en la cárcel, donde estaban los presos del rey; así fue a parar a la cárcel.
21Pero el Señor estaba con José, le concedió favores e hizo que cayese en gracia al jefe de la cárcel. 22Éste encomendó a José todos los presos de la cárcel, de modo que todo se hacía allí según su deseo. 23El jefe de la cárcel no vigilaba nada de lo que estaba a su cargo, pues el Señor estaba con José, y cuanto éste emprendía, el Señor lo hacía prosperar.

Explicación.

39-41 Son decisivos en la carrera de José y ponen las bases para el futuro encuentro con los hermanos. En varios episodios encadenados se va desarrollando la personalidad del protagonista: su integridad, perspicacia y prudencia.

39,1-6 José se convierte en cauce de bendición para el amo egipcio, actualizando así la promesa hecha a Abrán (cap.12), como lo había hecho Jacob para Labán. El v.5 usa el término beraka. No se dice que el amo lo reconozca. "El Señor estaba con José" (2. 21-23) es la clave de cuanto sigue, paradójicamente, también de sus aflicciones.

Así empieza su ascenso por peldaños: se hace el amo de la economía doméstica de Putifar, se hace jefe de la cárcel entre los presos. El último peldaño lo propiciarán los sueños.

39,2 1 Sm 18,14.

39,5 Gn 30,27.

39,6 1 Sm 16,12.

39,7 Eclo 26,22.

39,7-18 El motivo literario, en su planteamiento y desarrollo es común a otras literaturas. El autor puede haberse inspirado en narraciones extranjeras (Véase el relato de Belerofonte en la Ilíada VI, 155-197). La belleza de José parece heredada de Raquel; se invierten los papeles de Jacob con Raquel, de Siquén con Dina. Retorna el motivo conductor del vestido: prueba en manos de la mujer despechada. A José le cambiarán el traje para presentarlo al Faraón (41,44), y vestirá de lino cuando lo nombren visir (41,42). Sobre la seducción de la mujer: Prov 5 y 7. José responde con un breve sermón rechazando el delito contra el marido y contra Dios.

39,20 El castigo del esclavo es moderado; en vez de la muerte o los trabajos forzados, la cárcel. El desarrollo ulterior del relato así lo exige. Sal 105,18.

39,21 Sab 10,13s.

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