lunes, 1 de febrero de 2016

GÉNESIS. CAPÍTULO 46.

Jacob va a Egipto (Gn 28)

461Israel se puso en camino con todo lo suyo; llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2De noche, en una visión, Dios dijo a Israel:
-¡Jacob, Jacob!
Respondió:
-Aquí estoy.
3Le dijo:
-Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. 4Yo bajaré contigo a Egipto y yo te haré subir. José te cerrará los ojos.
5Jacob partió de Berseba. Los hijos de Israel montaron a su padre Jacob, a los niños y las mujeres en los carros que el Faraón había enviado para su transporte.
6Tomaron el ganado y las posesiones adquiridas en Canaán y se dirigieron a Egipto, Jacob con toda su descendencia. 7A sus hijos y nietos, a sus hijas y nietas, a todos los descendientes los llevó consigo a Egipto.
8Nombres de los hijos de Israel que emigraron a Egipto: Rubén, primogénito de Jacob; 9hijos de Rubén: Henoc, Falú, Jesrón y Carmí; 10hijos de Simeón: Yemuel, Yamín, Ohad, Yaquín, Sójar y Saúl, hijo de la cananea; 11hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí; 12hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zéraj; Er y Onán habían muerto en Canán; hijos de Fares: Jesrón y Jamul; 13hijos de Isacar: Tolá, Puvá, Yasub y Simrón; 14hijos de Zabulón: Séred, Elón y Yajleel. 15Hasta aquí los descendientes de Lía y Jacob en Padán Aram, además la hija Dina; total entre hombres y mujeres, treinta y tres.
16Hijos de Gad: Sifión, Jaguí, Suní, Esbón, Erí, Arodí y Arelí; 17hijos de Aser: Yimná, Yisvá, Yisví, Beriá y su hermana Seraj; hijos de Beriá: Héber y Malquiel. 18Hasta aquí los hijos de Jacob y Zilpa, la criada que Labán dio a su hija Lía; total, dieciséis personas.
19Hijos de Raquel, la mujer de Jacob: José y Benjamín. 20Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On, dio a José dos hijos en Egipto: Manasés y Efraín. 21Hijos de Benjamín: Bela, Béquer y Asbel; hijos de Bela: Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Mupín, Jupín y Ared. 22Hasta aquí los descendientes de Raquel y Jacob; total, catorce personas.
23Hijos de Dan: Jusín; 24hios de Neftalí: Yajseel, Guní, Yéser y Silén. 25Hasta aquí los hijos de Jacob y Bilha, la cridada que Labán dio a su hija Raquel; total, siete personas.
26Todas las personas que emigraron con Jacob a Egipto, nacidos de él, sin contar las nueras, eran en total sesenta y seis. 27Añadiendo los dos hijos nacidos a José en Egipto, la familia de Jacob que emigró a Egipto hace un total de setenta.

Encuentro de Jacob y José

28Despachó por delante a Judá a casa de José, para que preparara el camino de Gosén. Cuando se dirigían a Gosén, José mandó enganchar la carroza y subió hacia Gosén a recibir a su padre Israel. Al llegar a su presencia, se le echó al cuello y lloró abrazado a él. 30Israel dijo a José:
-Ahora puedo morir, después de haberte visto en persona y vivo.
31José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:
-Voy a subir a informar al Faraón: mis hermanos y la familia de mi padre, que vivían en Canaán, han venido a verme. 32Son pastores de ovejas, que cuidan del ganado; se han traído las ovejas y las vacas y todas sus posesiones. 33Cuando el Faraón os llame para informarse de vuestra ocupación 34le diréis: "Tus siervos son pastores desde la juventud hasta hoy, lo mismo nosotros que nuestros padres". Y os dejará habitar en Gosén (pues los egipcios consideran impuros a los pastores).

Explicación.

46,1-7 Antes de abandonar el territorio de Caná, Jacob tiene una visión. Es manifiesta la intención del autor de seguir jalonando el itinerario del patriarca con manifestaciones y comunicaciones divinas (28; 31,3.11-13; 32,26-33; 35,9-15). La bajada a Egipto es una nueva decisiva peregrinación. Abandonar el país de Caná sólo se puede hacer con anuencia de Dios. La promesa de crecer hasta convertirse en un pueblo numeroso se cumplirá en Egipto. En estos versos se mezclan y funden los nombres Jacob e Israel.

468-27 Es una lista oficial, que encontramos integrada en el primer libro de las Crónicas.

46,8 Sal 105,23.

46,27 Dt 10,22.

46,28 Gosén es la tierra septentrional, próxima a la frontera, lo cual facilitará la salida de los israelitas en el momento oportuno.

46,28-30 El encuentro de padre e hijo, después de cuanto precede, era para el narrador una escena difícil de realizar. Se encuentra sin remedio en la ladera anticlimática del relato. La solución que adopta es la economía: un movimiento, un gesto, una frase. José sale al encuentro de su padre cortésmente, filialmente; la carroza le sirve para ganar tiempo y mostrar su categoría política. El gesto, un abrazo con lágrimas, anula un punto de los sueños, ya que el padre no se postra ante él. La frase junta los extremos muerte y vida, como relevo de generaciones. La muerte del padre da paso al protagonismo pleno del hijo, la vida del hijo da serenidad a la retirada del padre (cfr. Eclo 1,4). Pero no morirá enseguida, porque le queda todavía la tarea de bendecir.

"Ver el rostro": el rostro identifica la persona, el ver instaura la certeza. Tus hermanos me han hablado de ti, ahora te han visto mis ojos. La visión confirma y corrige la imagen de la fantasía. En la imaginación del padre ha persistido la imagen de un José adolescente. La vista personal compara la imagen preservada con la presencia actual: es el mismo esta nueva imagen, de un José adulto, noble, señor de un reino, hijo cariñoso, es la última que quiere conservar el padre.

46,31-34 Para pastores trashumantes el traslado a Egipto es una transmigración. El pastoreo supone mejor arraigo en la tierra: es la tradición patriarcal de "andanzas". Esa actividad es tabú para los egipcios. Sobre relaciones de pastores y labradores hay que recordar desde Gn 4 hasta Jr 35.

46,34 No está claro quién pronuncia la última frase, si José mismo o el narrador en un aparte.

"Impuro" en sentido sacro.

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