domingo, 13 de marzo de 2016

ÉXODO. CAPÍTULO 11.

Décima plaga: muerte de los primogénitos

111El Señor dijo a Moisés:
-Todavía tengo que enviar una plaga al Faraón y a su país. Después os dejará marchar de aquí, es decir, os echará a todos de aquí. 2Habla a todo el pueblo: que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina utensilios de plata y oro.
3El Señor hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios, y también Moisés era muy estimado en Egipto por los ministros del Faraón y por el pueblo.
4Dijo Moisés:
-Así dice el Señor: A medianoche yo haré una salida entre los egipcios; 5morirán todos los primogénitos de Egipto, desde el primogénito del Faraón que se sienta en el trono hasta el primogénito de la sierva que atiende al molino, y todos los primogénitos del ganado. 6Y se oirá un inmenso clamor por todo Egipto como nunca lo ha habido ni lo habrá. 7Mientras que a los israelitas ni un perro les ladrará, ni a los hombres ni a las bestias; para que sepáis que el Señor distingue entre egipcios e israelitas. 8Entonces todos estos ministros tuyos acudirán a mí, y postrados ante mí me pedirán: "Sal con el pueblo que te sigue". Entonces saldré.
Y salió airado de la presencia del Faraón.
9Así pues, el Señor dijo a Moisés:
-El Faraón no os hará caso, y así se multiplicarán mis prodigios en Egipto.
10Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio.

Explicación.

11,1-10 (Se reparte así: J 4-8; E 1-3; P 9-10). Llega por fin la última plaga, la decisiva; pero aquí sucede una sacudida violenta en la curva del relato. Es que la muerte de los primogénitos pertenece a dos o tres constelaciones temáticas. Pertenece lógica y estilísticamente a la serie de las plagas: lo demuestra con la posición y los elementos comunes. Pertenece al mundo litúrgico de las celebraciones de la Pascua; lo cual ocasiona una interrupción larga entre anuncio del castigo y ejecución. Pertenece también a la ley de los primogénitos, a la cual se dedica una sección particular.

La imbricación de estos campos de atracción pudo tener valor teológico y emotivo para los israelitas. El curso narrativo sufre con esta afluencia de aguas ajenas, con estos remansos que detienen y distraen. No queda más remedio que irlos tomando como llegan en el texto actual.

11,1 Anuncio formal del Señor, que controla los sucesos y comunica su certeza.

11,2-3 Gloria para Moisés y riqueza para los hebreos. Lo primero cuadra a medias con los datos precedentes y siguientes; lo segundo pertenece al tema del "despojo de los egipcios" (12,36).

11,4 ¿A quién se dirige Moisés? Si depende del v.2, se dirige todavía al pueblo. Pero el v.8, supone enfáticamente que habla al Faraón en su presencia (contra lo dicho en 10,29); el uso de las personas en los versos 7-8 lo confirma: "israelitas" en tercera persona, "tus ministros" en segunda. Esta "salida" del Señor es como una salida militar y preludia la gran salida de los israelitas. Ex 12,12.

11,5 Recordemos que en 4,23 se mencionaba sólo el primogénito del soberano. ¿Por qué se amplía el castigo? ¿Responde todavía a la ley del talión? Podemos razonar que el "primogénito" de Yhwh es una colectividad, por lo cual el castigo debe ser colectivo.

11,6-7 Parece que el narrador opone al gran clamor de queja de los egipcios el silencio de los perros que no se atreven a ladrar hostilmente a los israelitas. El perro era animal despreciable, muchas veces semiferoz.

11,8 La eficacia de este verso la apreciaremos imaginando plásticamente la escena, escuchando la triplicación del verbo "salir" hasta el portazo final. Salida del Señor, de Moisés, del pueblo.

11,9-10 Recogen en inclusión el comienzo del cap. 7, como clausurado el ciclo de las plagas; pero queda pendiente la ejecución. Puede leerse Sab 11-12 y 16-19 como comentario midrásico de las plagas. En Ap 16 resuenan temas de las plagas.

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