domingo, 13 de marzo de 2016

ÉXODO. CAPÍTULO 24.

Rito de la alianza (Ex 19; Dt 29; Jos 24)

241El Señor dijo a Moisés:
-Sube a mí con Aarón, Nadab y Abihú y los setenta dirigentes de Israel y prosternaos a distancia. 2Después se acercará Moisés solo, no ellos, y el pueblo que no suba.
3Moisés bajó y refirió al pueblo todo lo que le había dicho el Señor, todos sus mandatos, y el pueblo contestó a una:
-Haremos todo lo que dice el Señor.
4Entonces Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor; madrugó y levantó un altar a la falda del monte y doce estelas por las doce tribus de Israel. 5Mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer los holocaustos y ofrecer novillos como sacrificios de comunión para el Señor. 6Después tomó la mitad de la sangre y la echó en recipientes, y con la otra mitad roció el altar. 7Tomó el documento del pacto y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió:
-Haremos todo lo que manda el Señor y obedeceremos.
8Moisés tomó el resto de la sangre y roció con ella al pueblo diciendo:
-Esta es la sangre del pacto que el Señor hace con vosotros a tenor de estas cláusulas.
9Subieron Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y los setenta dirigentes de Israel, 10y vieron al Dios de Israel: bajo los pies tenía una especie de pavimento de zafiro, límpido como el mismo cielo.
11Dios no extendió la mano contra los notables de Israel, que pudieron contemplar a Dios, y después comieron y bebieron.
12El Señor dijo a Moisés:
-Sube hacia mí, al monte, que allí estaré yo para darte las losas de piedra con la ley y los mandatos que he escrito para instruirlos.
13Se levantó Moisés y subió con Josué, su ayudante, al monte de Dios; 14a los dirigentes les dijo:
-Quedaos aquí hasta que yo vuelva. Aarón y Jur están con vosotros; el que tenga algún asunto, que se lo traiga a ellos.
15Cuando Moisés subió al monte, la nube lo cubría 16y la gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube. 17La gloria del Señor apareció a los israelitas como fuego voraz sobre la cumbre del monte. 18Moisés se adentró en la nube y subió al monte, y estuvo allí cuarenta días con sus noches.

Explicación.

24,1-11 Llegamos al rito que sella la alianza. Por encima del detallado código legal, empalmamos con las acciones del cap.19. El autor final emplea material diverso para construir una unidad nueva superior, sin limar del todo las asperezas del ensamblaje.

No es raro entre escritores bíblicos tomar un texto narrativo, romperlo en dos piezas e insertar en medio otra pieza. Así se produce una especie de inclusión y se obtiene un proceso narrativo menos lineal, del tipo A - M - B. En el caso presente resulta la siguiente distribución: llamada de Dios (1-2); sacrificio con el pueblo (3-8); subida y banquete (9-11). Es una solemne ceremonia litúrgica.

24,1-2 El comienzo del hebreo es áspero: "Y a Moisés le dijo: Sube hacia Yhwh..."; como si hasta aquí alguien se hubiera dirigido al pueblo. Nadab y Abihú eran hijos de Aarón. Los "setenta" parecen relacionados con los de Nm 11. Con esta llamada especial se establece una jerarquía: el pueblo, los ancianos, los aarónidas, Moisés; y se señalan tres lugares: lejanos, cercanos, inmediato.

24,3-8 Rito central. Moisés comunica al pueblo "todas las palabras del Señor" (¿decálogo?) y los preceptos (¿código?), y el pueblo acepta. Después "todas las palabras" son escritas en el documento o protocolo de la alianza, que confiere validez y se conserva para el futuro; la lectura se retrasa. Las doce estelas (quizá en círculo, como un crómlech; compárese con Jos 4,20) representan a las tribus, mientras que el altar (quizá en el centro) representa al Señor. Unos jóvenes -todavía no funciona el cuerpo levítico- ofrecen holocaustos y sacrificios de comunión (Sal 50,5). La víctima ofrecida se consagra; su sangre, que es su vida, es ahora sagrada. Al ser repartida entre Dios y el pueblo (cfr. Heb 9,18-19), la sangre une en vínculo sagrado a las dos partes; es el signo o sacramento de la alianza. Antes de la aspersión del pueblo se procede a la lectura o proclamación del protocolo, y el pueblo por tercera vez acepta (cfr. 19,8). La nueva alianza recogerá parte de estos ritos y de sus términos: Mt 26,27; Mc 14,24; Lc 22,20; 1 Cor 23-25; cfr. Heb 9,18-20.

24,9-11 Unos pocos privilegiados pueden "ver, contemplar" a Dios sin morir por ello (compárese con el episodio de Uzá con el arca 2 Sm 6,6-9). Aunque se mencionan "los pies", lo ven sin figura definida; en la visión domina el esplendor celeste (compárese con Is 6,1 y Ez 1). El "pavimento" es como una réplica cercana del firmamento celeste; hace de escabel del trono divino. El banquete es ritual, participación en los sacrificios de comunión.

24,12-14 Nueva subida de Moisés solo (Dt 9,9) que prepara el episodio del becerro (cap.32). En esta versión, Dios mismo graba la ley, tôrâ, en losas de piedra, que jugarán un papel importante en el relato posterior, en la imagen de Jr 31 y en la iconografía cristiana.

24,15b-18 Aquí comienza una nueva sección. En el tejido narrativo, este texto se relaciona con 19,1-2; al llegar los israelitas al Sinaí, la nube lo cubrió, en la nube se ocultaba el Señor, que llamó a Moisés. En la construcción teológica, la nueva subida se ordena a recibir una serie de leyes que entran también en la alianza, aunque ésta ya haya sido sellada. Son leyes cúlticas que forman dípticos con el código de la alianza.

24,17 La gloria del Señor se manifiesta a los israelitas como fuego temible, a Moisés como nube misteriosa y accesible. Los seis días de silencio callado son la preparación espiritual para el nuevo encuentro; compárese con la precipitación de Moisés cuando la primera aparición (Ex 3).

24,18 Mt 4,2.

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