jueves, 21 de abril de 2016

LEVÍTICO. CAPÍTULO 8.

Consagración de Aarón y sus hijos

81El Señor habló a Moisés:
2-Toma a Aarón y a sus hijos, los vestidos, el aceite de la unción, el novillo del sacrificio expiatorio, los dos carneros y el cestillo de panes ázimos, 3y convoca a toda la asamblea a la entrada de la tienda del encuentro.
4Moisés cumplió el mandato del Señor, y se congregó la asamblea a la entrada de la tienda del encuentro. 
5Moisés dijo a la asamblea:
-Esto es lo que el Señor manda hacer.
6Después hizo acercarse a Aarón y a sus hijos y los hizo bañarse. 7Le vistió la túnica y le ciñó la banda, le puso el manto y encima le colocó el efod, sujetándolo con el cíngulo. 8Le impuso el pectoral con los urim y tumim. 9Le puso un turbante en la cabeza, y en el lado frontal del mismo le impuso la flor de oro, la diadema santa, como el Señor se lo había mandado.
10Moisés, tomando después el aceite de la unción, ungió la morada y cuanto en ella había. Y los consagró. 11Salpicó con el aceite siete veces sobre el altar y ungió el altar con todos sus utensilios, el barreño y su peana, para consagrarlos. 12Luego derramó aceite sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para consagrarlo. 13Después Moisés hizo acercarse a los hijos de Aarón, les vistió la túnica, les ciñó la banda y les puso sobre la cabeza las birretas, como el Señor se lo había ordenado.
14Hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de la víctima. 15Moisés la degolló, y tomando sangre untó con el dedo los salientes del altar por todos los lados: así purificó el altar. Derramó la sangre al pie del altar, y así lo consagró para expiar en él. 16Tomó toda la grasa que envuelve las vísceras, el lóbulo del  hígado, los dos riñones con su grasa y lo dejó quemarse sobre el altar. 17El resto del novillo, la piel, carne e intestinos, lo quemó fuera del campamento, como el Señor se lo había ordenado.
18Hizo traer el carnero del holocausto. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de la víctima. 19Moisés lo degolló y roció con la sangre el altar por todos los lados. 20Descuartizó el carnero y dejó quemarse la cabeza, los trozos y la grosura. 21Lavó vísceras y patas y dejó quemarse todo el carnero sobre el altar, como el Señor se lo había ordenado.
Fue un holocausto: oblación de aroma que aplaca al Señor.
22Hizo traer el segundo carnero, el de la consagración. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de la víctima. 23Moisés lo degolló, y tomando sangre, untó con ella el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y los pulgares de su mano y pie derechos. 24Hizo acercarse a los hijos de Aarón y untó con sangre los lóbulos de sus orejas derechas y los pulgares de sus manos y pies derechos, y roció con la sangre el altar por todos sus lados. 25Tomó la grasa y la cola, toda la grasa que envuelve las vísceras, el  lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y la pierna derecha. 26Del cestillo de los panes ázimos, puesto en presencia del Señor, tomó una rosca ázima, una rosca de pan amasada con aceite y una oblea, y las colocó sobre la grasa y la pierna derecha. 27Puso todo ello en manos de Aarón y sus hijos, y éste lo agitó ritualmente en presencia del Señor. 28Luego Moisés lo recibió de sus manos y lo dejó quemarse sobre el altar del holocausto.
Fue un sacrificio de consagración: oblación de aroma que aplaca al Señor.
29Después tomó el pecho y lo agitó ritualmente en presencia del Señor. Era la ración del carnero de consagración que le pertenecía a Moisés, como se lo había ordenado el Señor, 30Moisés tomó el aceite de la unción y sangre del altar y salpicó sobre Aarón y sus vestidos, sobre los hijos de Aarón y sus vestidos, y así los consagró.
31Moisés dijo a Aarón y a sus hijos:
-Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro y allí la comeréis con el pan que hay en el cestillo del sacrificio de consagración; así se me ordenó: "Lo comerán Aarón y sus hijos". 32Las sobras de carne y pan las quemaréis. 33Durante siete días no saldréis por la puerta de la tienda del encuentro, hasta que concluya el tiempo de vuestra consagración. Porque ha de durar siete días vuestra consagración. 34Lo que se ha hecho hoy ha mandado el Señor que se haga para obtener vuestra expiación. 35Permaneceréis siete días y siete noches a la entrada de la tienda del encuentro y respetaréis las prohibiciones del Señor. Así no moriréis. Así se me ha ordenado.
36Y Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había mandado por medio de Moisés.

Explicación.

8,1 Hemos visto que los sacerdotes, para oficiar en el culto, deben pertenecer a la esfera sagrada. ¿Quién los traslada, quién consagra el primero? Moisés, por orden de Dios; Dios por medio de Moisés. Queda así patente que el mediador de la alianza y la ley es la instancia suprema y primaria. El Cronista concederá semejante honor a David, 1 Cr 15. El paso a la esfera sacra se realiza y manifiesta en una ceremonia solemne: tema del presente capítulo.

En el movimiento narrativo, aquí se cumplen las órdenes de Ex 40,12-15. En la redacción, hemos de contar con un autor o compilador del siglo V a.C. que proyecta al momento fundacional prácticas de su época o anteriores. El rito central es la unción, los otros son preparación y acompañamiento. Pero aquí, a diferencia de Ez 40,15 y Lv 10,7, sólo se menciona la unción de Aarón. Dado que en tiempo del autor no había rey, la unción confiere al sumo sacerdote una posición eminente.

El orden de la ceremonia es claro: convocación de la asamblea, baño e investidura, unción, sacrificio, reparto y banquete, conclusión.

8,3 La ceremonia interesa a la comunidad entera, porque el culto, aunque oficiado por un representante, es tarea comunitaria. Todo el pueblo es testigo de la ceremonia que establece y legitima.

8,6 "Acercar" es término técnico que significa la elección: el acceso es, pues, litúrgico.

8,7 El verso pasa del plural al singular. Los ornamentos quedan descritos en Ex 39: aquí se abrevia, sin olvidar las piezas de las suertes.

8,10-11 Inducidos por Ex 40, estos versos interrumpen la ceremonia; según el final del Éx la gloria del Señor ya había tomado posesión del santuario. Si se quieren salvar, habrá que decir que el rito hace patente la transformación ya sucedida.

8,12 Véase la versión poética del Sal 133.

8,13-21 Respecto a descripciones precedentes, hay que notar que aquí es Moisés el principal oficiante.

8,22 "Consagrar" se dice en hebreo "llenar las manos", quizá con algún instrumento del oficio o con algún don exclusivo.

8,23 La derecha es lado primario de la acción y de la buena suerte. Si los órganos tienen valor simbólico, significarían el escuchar, obrar y caminar; pero es muy dudoso.

8,24 Se puede comparar con el rito de la alianza en Ex 24; la sangre = vida de una víctima consagrada se reparte entre los sacerdotes y el Señor. Se completa con la aspersión del v.30, que tiene algo de resumen porque junta aceite y sangre, abarca personas y vestidos.

8,31 Es el banquete sacrificial, en presencia del Señor.

8,36 La conclusión subraya de nuevo la iniciativa del Señor y la función mediadora de Moisés.

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