lunes, 18 de julio de 2016

NÚMEROS. CAPÍTULO 14.

Motín (Ex 14,11-12; 16,3; 17,3; Nm 20,3-5)


141Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche. 2Los israelitas protestaban contra Moisés y Aarón, y toda la comunidad les decía:

-¡Ojalá muriéramos en Egipto o en el desierto, ojalá muriéramos! 3¿Por qué nos ha traído el Señor a esta tierra, para que caigamos a espada y nuestras mujeres e hijos caigan cautivos? ¿No es mejor volvernos a Egipto?
4Y se decían unos a otros:
-Nombraremos un jefe y volveremos a Egipto.
5Moisés y Aarón se echaron rostro en tierra ante toda la comunidad israelita. 6Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, dos de los exploradores, se rasgaron los vestiods, 7y dijeron a la comunidad israelita:
-La tierra que hemos recorrido en exploración es una tierra excelente. 8Si el Señor nos aprecia, nos hará entrar en ella y nos la dará: es una tierra que mana leche y miel. 9Pero no os rebeléis contra el Señor ni temáis al pueblo del país, pues nos los comeremos. Su sombra protectora se ha apartado de ellos, mientras que el Señor está con nosotros. ¡No los temáis!
10Pero la comunidad entera hablaba de apedrearlos, cuando la gloria del Señor apareció en la tienda del encuentro ante todos los israelitas.


Intercesión (Ex 32,7-14; Dt 9,25-29)



11El Señor dijo a Moisés:

-¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán con todos los signos que he hecho entre ellos? 12Voy a herirlo de peste y a desheredarlo. De ti sacaré un pueblo grande, más numeroso que ellos.
13Moisés replicó al Señor:
-Se enterarán los egipcios, pues de en medio de ellos sacaste tú a este pueblo con tu fuerza, 14y se lo dirán a los habitantes de esta tierra. Han oído que tú, Señor, estás en medio de este pueblo; que tú, Señor, te dejas ver cara a cara; que tu nube está sobre ellos, y tú caminas delante en columna de nube de día y en columna de fuego de noche. 15Si ahora das muerte a este pueblo como a un solo hombre, oirán la noticia las naciones y dirán: 16<<El Señor no ha podido llevar a este pueblo a la tierra que les había prometido; por eso los ha matado en el desierto>>. 17Por tanto, muestra tu gran fuerza, como lo has prometido. 18<<Señor, paciente y misericordioso, que perdonas la culpa y el delito, pero no dejas impune; que castigas la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos, 19perdona la culpa de este pueblo por tu gran misericordia, ya que los has traído desde Egipto hasta aquí>>.


Perdón y castigo



20El Señor respondió:

21-Perdono, como me lo pides. Pero ¡por mi vida y por la gloria del Señor que llena la tierra!, 22ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los signos que hice en Egipto y en el desierto, y me han puesto a prueba, ya van diez veces, y no me han obedecido, 23verá la tierra que prometí a sus padres, ninguno de los que me han despreciado la verá. 24Pero a mi siervo Caleb, que tiene otro espíritu y me fue enteramente fiel, lo haré entrar en la tierra que ha visitado, y sus descendientes la poseerán. 25(Amalecitas y cananeos habitan en el valle). Mañana os dirigiréis al desierto, camino del Mar Rojo.
26El Señor añadió a Moisés y a Aarón:
27-¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada protestando contra mí? He oído a los israelitas protestar contra mí. 28Pues diles: ¡Por mi vida!, oráculo del Señor, que os haré lo que me habéis dicho en la cara; 29en este desierto caerán vuestros cadáveres, y de todo vuestro censo, contando de veinte años para arriba, los que protestasteis contra mí, 30no entraréis en la tierra donde juré que os establecería. Sólo exceptúo a Josué, hijo de Num, y a Caleb, hijo de Jefoné.
31<<A vuestros niños, de quienes dijisteis que caerían cautivos, los haré entrar para que conozcan la tierra que vosotros habéis despreciado. 32Mientras que vuestros cadáveres caerán en este desierto. 33Vuestros hijos serán pastores en el desierto durante durante cuarenta años y cargarán con vuestra infidelidad, hasta que se consuman vuestros cadáveres en el desierto. 34Contando los días que explorasteis la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra culpa un apo por cada día, cuarenta años. Para que sepáis lo que es desobedecerme. 35Yo, el Señor, juro que trataré así a esa comunidad perversa que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán>>.
36En cuanto a los hombres que envió Moisés a explorar la tierra y volvieron e incitaron contra él a toda la comunidad, desacreditando la tierra, 37los hombres que desacreditaron la tierra murieron fulminados ante el Señor. 38Sólo Josue, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, quedaron con vida de todos los que habían explorado la tierra.
39Moisés comunicó estas palabras a todos los israelitas, y el pueblo hizo gran duelo.

Derrota

40A la mañana siguiente se levantaron y subieron a la cima del monte, diciendo:
-Subiremos al sitio que el Señor nos dijo. Hemos pecado.
41Moisés contestó:
42-¿Por qué quebrantáis el mandato del Señor? Fracasaréis. No subáis, porque el Señor no está con vosotros y os derrotará el enemigo. 43Pues los amalecitas y los cananeos os harán frente, y caeréis a espada. Os habéis apartado del Señor, y por eso el Señor no está con vosotros.
44Pero ellos se empeñaron en subir a la cima del monte, mientras el arca y Moisés no se movían del campamento. 45Los amalecitas y cananeos que habitaban en la montaña bajaron y los derrotaron y desbarataron hasta Jorma*.

Explicación


14,1-2 Como en Ex 14-17, el pueblo flaquea en la fe y confianza al enfrentarse con el peligro próximo. El autor acumula datos: "gritos, llantos, murmuraciones": los exploradores cobardes han contagiado al pueblo entero. No invocan formalmente a la muerte, sino que desean morir de muerte natural, en Egipto o en el desierto, sin arrostrar la muerte violenta y prematura en la batalla.


14,3-4 Retuercen y deforman el sentido de la salida de Egipto y la llegada a "esta tierra": ha sido para la muerte, no para la salvación. Atribuyen la acción al Señor y blasfeman de él. Luego se proponen deshacer lo hecho, desandar el camino, volver a la esclavitud (cfr. Jr 42). El pecado es gravísimo.

14,5 El gesto se hace ante Dios. Hecho ante hombres, es un gesto de humildad, indefensa, para conciliarse la benevolencia. No es éste el estilo corriente de Moisés.

14,6-9 Entra en acción Josué al lado de Caleb. El breve discurso se enfrenta con las dos objeciones o temas: la tierra, los habitantes. Cuatro veces pronuncian la palabra "tierra", haciendo eco a las cuatro de 13,18-20; repite la fórmula de profesión de fe. En cuanto a los habitantes, la fe cambia la visión: "serán nuestro pan", expresión proverbial (Sal 14,4). Temer a ese pueblo equivale a rebelarse contra el Señor. La "sombra" es título divino (Sal 91,1; 121,5). "No temáis" es fórmula frecuente en oráculos de salvación y en contextos de guerra santa. "El Señor está con nosotros" puede referirse al arca que los acompaña como paladió (cfr. 1 Sm 4).

14,10 Como si fueran reos de un crimen que afecta a todos y cuya ejecución compete a todos. Los salva in extremis la manifestación de Dios (Ex 16,10).

14,11-19 La intercesión de Moisés repite en espejo la de Ex 32, después del pecado "original" del becerro de oro. Se repiten varias expresiones y se añaden otras.

14,11-12 Comienza el Señor remedando con sus preguntas la quejas del pueblo. La peste es una de las plagas de Egipto. "Sacar un gran pueblo" es hacer de Moisés un patriarca (Gn 12,2; 18,18). Falta un detalle muy importante: "déjame" dicho por Dios.

14,13-17 El primer argumento que esgrime Moisés es la fama internacional del Dios de Israel: si después de las proezas realizadas, no lleva a término la empresa, se mostrará impotente. Al entrar en la historia, Dios se compromete a seguir lo comenzado (cfr. Sal 138,8).

14,18 Fórmula litúrgica que Ex 34,6s pone en boca del Señor. No ya la fama, cosa externa, sino el modo de ser de Dios.

14,21-24 El perdón significa que no destruirá totalmente al pueblo y que la historia continúa; el castigo se limita a una dilación con sus consecuencias. Diez veces puede ser expresión idiomática. El salmo 106 recoge siete pecados comenzando por el Mar Rojo. En la excepción no se menciona a Josué junto a Caleb.

14,23 Sal 106,24-27.

14,25 Hay que desandar el camino y comenzar de nuevo, pero sin entrar en Egipto. Es el "mañana" de la reiterada dilación.

14,30 Sal 95,11; Heb 3,18.

14,27-38 Nueva versión del castigo. El tiempo del desierto, según la tradición, es de cuarenta años (números redondos, Am 2,9s; 5,25s). El número mide la dilación: un año por cada día empleado en explorar la tierra. El enlace es artificial, ya que el pecado no consistió en enviar exploradores, sino en rehusar la entrada. Será un tiempo de dilación para "probar" y educar al pueblo en la paciencia y esperanza.

Segunda medida de la dilación es el paso de las generaciones. Cada generación tiene una función en la historia. Se ha de consumir una generación adulta, antes de que la siguiente cumpla su misión de entrar: el tiempo biológico se convierte en tiempo de salvación diferida. El nacimiento de hijos asegura biológicamente la continuidad del pueblo. El desierto queda así bajo el signo del pecado y el castigo, pero acogido a la gracia. Dios concede a los israelitas la segunda alternativa invocada (2).

14,33 "Serán pastores": algunod han traducido, con ligera variante consonántica, "errarán, vagarán". De hecho, la vida de pastores nómadas es una continua transhumancia. Jos 5,4-7.

14,37 Los que comenzaron y provocaron la rebelión sufren inmediatamente el castigo, con una muerte prematura que es señal y confirmación de la amenaza.

14,39 El duelo es señal de penitencia, que no basta sin la conversión plena y la enmienda.

14,40-45 Como es pecado la desconfianza, así lo es la presunción. La situación ha cambiado, y la obediencia ahora no es atacar, sino aceptar el largo camino. La valentía humana que no confía en el Señor está condenada al fracaso. El arca no va como paladión a la batalla, y por tanto el Señor no está con ellos (cfr. Sal 60,12). Quizá la localidad de Jorma preserve el recuerdo de un intento fallido de penetración por el sur.

14,45 * = Exterminio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario