lunes, 18 de julio de 2016

NÚMEROS. CAPÍTULO 20.

Agua de la roca (Ex 17,1-7)

201La comunidad entera de los israelitas llegó al desierto del Sin el mes primero, y el pueblo se instaló en Cades. Allí murió María y allí la enterraron. 2Faltó agua al pueblo y se amotinaron contra Moisés y Aarón. 3El pueblo se encaró con Moisés, diciendo: 
-¡Ojalá hubiéramos muerto como nuestros hermanos, delante del Señor! 4¿Por qué has traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestras bestias? 5¿Por qué nos han sacado de Egipto para traernos a este sitio horrible, que no tiene grano, ni higueras, ni viñas, ni granados, ni agua para beber?
6Moisés y Aarón se apartaron de la comunidad y se dirigieron a la entrada de la tienda del encuentro, y delante de ella se echaron rostro en tierra. La gloria del Señor se les apareció, 7y el Señor dijo a Moisés:
8-Agarra el bastón, reúne la asamblea tú con tu hermano Aarón, y en presencia de ellos ordenad a la roca que dé agua. Sacarás agua de la roca para darles de beber a ellos y a sus bestias.
9Moisés retiró la vara de la presencia del Señor, como se lo mandaba; 10ayudado de Aarón, reunió la asamblea delante de la roca, y les dijo:
-Escuchad, rebeldes: ¿Creéis que podemos sacaros agua de esta roca?
11Moisés alzó la mano y golpeó la roca con el bastón dos veces, y brotó agua tan abundante que bebió toda la gente y las bestias.
12El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
-Por no haber creído, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no haréis entrar a esta comunidad en la tierra que les voy a dar.
13(Esta es Meribá*, donde los israelitas carearon con el Señor,  y él les mostró su santidad).

DE CADES AL JORDAN

Edom niega al paso (Jue 11,16s)

14Desde Cades Moisés despachó mensajeros al rey de Edom con este mensaje: <<Así dice tu hermano Israel: Ya sabes todas las fatigas que hemos pasado. 15Nuestros padres bajaron a Egipto, donde vivimos muchos años; los egipcios nos maltrataron a nosotros como a nuestros padres; 16entonces gritamos al Señor y él nos escuchó y envió un ángel que nos sacase de Egipto. Ahora nos encontramos en Cades, ciudad que linda con su territorio. 17Déjanos cruzar por tu país: no atravesaremos ni campos, ni huertos, ni beberemos agua de los pozos; seguiremos el camino real, sin desviarnos a derecha ni a izquierda, hasta que hayamos atravesado tu territorio>>.
18El rey de Edom les contestó:
-No paséis por mi país si no queréis que os reciba con la espada.
19Insistieron los israelitas:
-Iremos por la calzada. Si nosotros o nuestro ganado bebemos agua tuya, te la pagaremos sin discutir. Déjanos pasasr a pie.
20Él respondió:
-No paséis.
Y les salió al encuentro con numerosa tropa en son de guerra. 21Y como Edom se negó a dejar pasar a los israelitas por su territorio, ellos dieron un rodeo.

Muerte de Aarón (Dt 10,6)

22Desde Cades toda la comunidad de Israel se dirigió al Monte Hor. 23El Señor dijo a Moisés y a Aarón en el monte Hor, junto a la frontera de Edom:
24-Aarón se va a reunir con los suyos, pues no ha de entrar en la tierra que voy a dar a los israelitas, porque os rebelasteis contra mi mandato en Meribá. 25Toma a Aarón y a su hijo Eleazar y sube con ellos al monte Hor, 26quítale los ornamentos a Aarón y vísteselos a su hijo Eleazar, pues Aarón morirá allí.
27Moisés cumplió lo que le mandaba el Señor, y subió con ellos al monte Hor, a la vista de toda la comunidad. 28Le quitó los ornamentos a Aarón y se los vistió a Eleazar, su hijo, Aarón murió allí, en la cima del monte. Moisés y Eleazar bajaron del monte 29y toda la comunidad, toda la casa de Israel, viendo que Aarón había muerto, lo lloró tres días.

Explicación.

20,1 Se supone que han pasado los cuarenta años vagando por el desierto, y ahora comienza la marcha sistemática hacia la tierra prometida. Tres muertes van a jalonarla: María, Aarón, Moisés. Ni la profecía ni el sacerdocio ni la ley entrarán, pero entrarán sus sucesores. En la fecha incompleta paraece que ha desaparecido "en el año cuarenta". La localidad se encuentra en el extremo meridional de Palestina; el nombre Cades (=Santo) no es exclusivo del lugar. Termina la zona desértica y comienza la zona poblada, los primeros encuentros con pueblos hostiles a la marcha.

20,2-13 El episodio del agua es una réplica del narrado en Ex 17, según la técnica "de espejo" que hemos señalado: se leen hacia el principio y hacia el fin de la marcha. La repetición podría deberse al deseo del autor de someter a las mismas pruebas a la nueva generación (tropezaremos con otras duplicaciones). Es el mismo problema, se repiten las protestas, incluso a la letra, se añade la referencia etimológica al topónimo Meribá. Hay un elemento nuevo y enigmático: el pecado de los jefes y su castigo durísimo.

20,3-5 La protesta repite motivos ya escuchados: la reclamación "¿por qué?", la razón pervertida de la salida "para que muramos", la invocación a la muerte "ojalá hubiéramos muerto", en alguno de los castigos colectivos precedentes.

20,6 El gesto de Moisés y Aarón es de intercesión, sin palabras citadas. El oráculo divino las presupone.

20,8 El texto distingue dos cosas: bastón y palabra. El bastón puede ser el de los prodigios del éxodo o la vara florecida de Aarón. Empuñado en la mano es signo de autoridad, no varita mágica. Moisés debe dar una orden a la roca, y ésta le obedecerá. Sal 78,15s; 1 Cor 10,4.

20,11 La ejecución no coincide con el madato: Moisés no habla, golpea, y lo hace dos veces. Sab 11,7.

20,12 ¿En qué consistió el pecado de Moisés y Aarón? ¿Qué debieron hacer y no hicieron para mostrar públicamente la santidad del Señor? El texto ni lo dice ni lo insinúa; por eso los comentaristas se han ocupado de conjeturarlo con diversas hipótesis. El Sal 106,32-33 dice que "desvariaron sus labios", no dice en qué. Uno llega a sospechar que la tradición ha preferido callar o decir lo menos posible para explicar por qué Moisés no pudo entrar en la tierra.

20,12 Dt 32,52; Nm 27,14.

20,13 Meribá y Cades aparecen unidos en Dt 32,51; Ez 47,19; 48,28. "Santificar" juega con el nombre Cades, como "disputar" juega con Meribá * = Careo.

20,14 Según la tradición, Edom era hermano de Israel por ser hermanos Esaú y Jacob. Motivo suficiente para permitir un paso pacífico. La historia y la profecía (Is 63, 1-6; Ez 25,12-14; 35,1-10) presentan a Edom como enemigo de Israel; tradición que puede haber influido en el presente relato.

Como un tiempo Jacob se mostró humilde y generoso para reconciliarse al hermano ofendido (Gn 32-33),así los israelitas se dirigen con modestia y con condiciones razonables a sus parientes, ya sedentarios. El estilo del mensaje respeta los cánones de la época. Lo que piden es un paso normal de caravanas, evitando hacer daño en los cultivos y pagando el bien más codiciado: el agua de beber.

20,15-16 Forman parte de símbolos de fe (cfr. Dt 26,5-10).

20,21 El rodeo continúa en 24,4.12-13; pero Dt 2,2-8 da una versión pacífica del suceso.

20,22 Al abandonar Cades comienza otra gran etapa del viaje. Algunos autores prefieren hacer el corte al comenzar el cap. 26.

20,24-29 En su muerte, Aarón es personaje de tragedia. Su destino se frustra, y él se rinde impotente. Su muerte se anuncia como corte violento que lo priva del final suspirado. La comunidad entera asiste a la partida hacia la cumbre de la montaña. Allí, entre tres, con un rito sencillo de investidura, se consuma la sucesión. Desaparece en lo alto uno de los protagonistas, se le hace duelo nacional; la empresa continúa.

El autor privilegia al linaje de Eleazar, antepasado de Sadoc; no menciona la unción ni otros ritos sagrados. Lógicamente, el monte quedaba fuera del campamento.

20,28 2 Re 2,13.

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