lunes, 18 de julio de 2016

NÚMEROS. CAPÍTULO 32.

Primera ocupación Rubén y Gad


321Los rubenitas y los gaditas poseían inmensos rebaños, y viendo que la tierra de Yazer y de Galaad era excelente para el ganado, 2acudieron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la comunidad para proponerles:

3-Atarot, Yazer, Dibón, Nimrá, Jesbón, Elalé, Sbán, Nebo y Beón, 4el territorio de los pueblos que el Señor derrotó al avanzar los israelitas, es tierra buena para ganado, y tus siervos poseen rebaños. 5Por favor, haz que entreguen a tus siervos esa tierra en propiedad, y no pasaremos el Jordán.
6Moisés respondió a los gaditas y rubenitas:
-¿De modo que vuestros hermanos han de ir a la guerra, mientras vosotros os quedáis aquí? 7Vais a desmoralizar a los israelitas y no pasarán a la tierra que piensa darles el Señor. 8Eso es lo que hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cades Barne a reconocer el país: 9subieron hasta Torrente de Escol*, reconocieron la tierra y desmoralizaron a los israelitas para que no entraran en la tierra que pensaba darles el Señor. 10Aquel día se encendió la ira del Señor y juró: 11<<Los hombres que salieron de Egipto, de veinte años para arriba, no verán la tierra que prometí a Abrahán, Isaac y Jacob, porque no me han sido fieles. 12Exceptuó a Caleb, hijo de Jefoné, el quenizita, y a Josué, hijo de Nun, porque fueron fieles al Señor>>. 13La ira del Señor se encendió contra Israel, y los zarandeó por el desierto cuarenta años, hasta que se terminó la generación que había hecho lo que el Señor reprueba. 14Y ahora vosotros, caterva de pecadores, sucedéis a vuestros padres, atizando la ira ardiente del Señor. 15Pues si os apartáis de él, otra vez los dejará en el desierto y vosotros seréis los causantes de la destrucción de este pueblo.
16Ellos se acercaron a decirle:
-Construiremos aquí apriscos para los rebaños y poblados para nuestros niños, 17y nosotros iremos aprisa armados delante de los israelitas hasta dejarlos en su lugar; mientras, nuestros niños se quedarán en las plazas fuertes, protegidos de los habitantes del país. 18No volveremos a nuestras casas hasta que cada israelita no haya ocupado su heredad, 19y no repartiremos con ellos la heredad al otro lado del Jordán, sino que nuestra heredad nos tocará a este lado, al este del Jordán.
20Moisés les contestó:
21-Si os armáis para la batalla, como el Señor quiere*, y armados cruzáis el Jordán, como el Señor quiere, hasta que él os quite de delante el enemigo, 22y la tierra queda sometida, como Dios quiere, y sólo después volvéis, entonces seréis inocentes ante el Señor y ante Israel, y esta tierra será de vuestra propiedad por voluntad del Señor. 23Pero si no obráis así, pecaréis contra el Señor, y sabed que vuestro pecado será castigado. 24Ahora, pues, construid poblados para vuestros niños y apriscos para los rebaños, y haced lo que habéis prometido.
25Los gaditas y rubenitas respondieron a Moisés:
26-Tus siervos harán lo que su Señor les manda; nuestros niños, mujeres, ganados y bestias quedarán aquí, en los poblados de Galaad, 27y tus siervos pasarán, todos armados, para luchar, como el Señor quiere y tú nos dices.
28Moisés dio instrucciones acerca de ellos al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia en las tribus de Israel.
29-Si los gaditas y rubenitas pasan con vosotros el Jordán, todos armados, para luchar, como el Señor quiere, y la tierra os queda sometida, les daréis la tierra de Galaad en propiedad. 30Pero si no pasan armados con vosotros, recibirán su propiedad en la tierra de Canaán.
31Los gaditas y rubenitas contestaron:
32-Haremos lo que el Señor manda a tus siervos. Nosotros pasaremos armados a la tierra de Canaán, como el Señor quiere, y nos tocará en propiedad una heredad a este lado del Jordán.
33Moisés asignó a los gaditas y rubenitas y a la mitad de la tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Basán, con todas las ciudades y poblados del territorio.
34Los gaditas y rubenitas reconstruyeron Dibón, Atarot, Aroer, 35Sofán, yazer, Bêt Nimrá*, Yogbehá*, 36Bet-Harán, fortificándolas, y apriscos para los rebaños. 37Los rubenitas reconstruyeron Jesbón, Elalé, Quiriatain, 38Nebo, Baal Maón, Sibma, y pusieron nombres nuevos a los poblados reconstruidos. 39Los maquiritas, descendientes de Manasés, fueron y conquistaron Galaad y expulsaron a los amorreos, que habitaban allí. 40Moisés asignó Galaad a la tribu de Maquir, hijo de Manasés, que se estableció allí. 41Yaír, hijo de Manasés, fue y conquistó sus aldeas, y las llamó Aldeas de Yaír. 42Nóbaj fue y conquistó Quenat y los poblados de alrededor, y los llamó con su nombre: Nóbaj.






Explicación.



Según una concepción teórica, el Jordán es el límite oriental de la tierra prometida y las doce tribus de Israel han participado en la conquista. De hecho, dos tribus y media habitan en la región oriental del Jordán, ¿Pertenecen realmente a Israel? ¿Participaron en la conquista? ¿Son fieles al Señor?


El presente capítulo intenta responder a las dos primeras preguntas, mientras que Jos 22 responde a la tercera. Atribuyendo a Moisés la asignación de territorios orientales, queda justificado el territorio israelita de Transjordania. La narración se ocupa de dos tribus: Gad y Rubén; al final, un par de adiciones introducen a media tribu de Manasés y al clan de Maquir. Aunque Rubén figura como primogénito, la tribu fue decayendo en número e influjo (como permiten deducir Gn 49,3 "no serás de provecho", y Dt 33,6 "no muera"). De Gad alaba la valentía Gn 49,19, y menciona su crecimiento y poder Dt 33,20-21. La distribución de Manasés a caballo del Jordán, en dos mitades, está atestiguada por la tradición. La interpretación del capítulo forma parte del gran problema de la sedentarización: ¿cómo llegaron los israelitas a ocupar Palestina? Los datos del libro se reparten entre la imagen de conquista militar con ocupación de poblados ya existentes, y la imagen de penetración pacífica con fundación de poblados en territorio despoblado. De las localidades citadas tres pertenecían al reino de Sijón (Nm 21), otras a Moab (Is 15-16). El estilo es prolijo, reiterativo; como si se tratase de un delicado asunto jurídico que hay que sujetar por todo su contorno.

32,1 La región de Galaad (al sur del Yaboc) era zona de pastos, dedicada prevalentemente al pastoreo.

32,3-4 Pertenecía a Israel por derecho de conquista, porque el Señor había derrotado a sus habitantes.

32,6-15 Moisés pronuncia un discuro de tono profético, recriminatorio. Negarse ahora a cruzar el Jordán es repetir lo que hicieron los de la generación precedente cuando se negaron a penetrar en la tierra por el sur. Detenerse en este momento equivale a apartarse o apostatar del Señor, con consecuencias fatales para todo el pueblo, que se sentirá desmoralizado; ¿va a estar condenada la segunda generación a consumir sus días en el desierto?

32,9 * = Racimo. Nm 13-14.

32,16-19 La propuesta de Rubén y Gad resuelve el problema: asegura el alcance comunitario de la empresa, incluso ellos serán la vanguardia de la penetración. "Armados": dudoso; otras lecturas: presurosos, en escuadrones de cincuenta.

32,20-23 Es llamativo el martilleo del nombre de Yhwh en esta alternativa condicionada: seis veces en poco espacio, de ellas cuatro en la fórmula lipne Yhwh, que se puede traducir por "delante de Yhwh" o "de acuerdo con".

32,21 * = O: delante del Señor.


32,30 La alternativa suena extraña, pero subraya la teoría. Si se han establecido al este del río, es porque han luchado al oeste.


32,33 Esta adición ensancha la sentencia: introduce a Manasés y engloba el territorio de Basán, cuya conquista militar se atribuye a dos hijos (dos clanes) de Manasés.

32,35 * = Casapantera; * = Cimera.

32,39-42 El final del capítulo es como el comienzo del libro de Josué: presenta el hecho cmo verdadera conquista militar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario