miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 1.

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA


11Palabras que dijo Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán, es decir, en el desierto o estepa que hay frente a Espadaña, entre Farán a un lado y Tofel, Labán*, Jaserot* y Dizahab* al otro lado; 2son once jornadas desde Horeb hasta Cades Barne, pasando por la sierra de Seír. 3Era el día primero del undécimo mes del año cuarenta cuando Moisés se dirigió a los israelitas por encargo del Señor. 4O sea, después de la derrota de Sijón, rey amorreo que residía en Jesbón, y de Og, rey de Basán, que residía en Astarot (en Edrey). 5Allende el Jordán, en territorio moabita, Moisés comenzó a inculcar esta ley, diciendo así:

6-El Señor nuestro Dios nos dijo en el Horeb: <<Basta ya de vivir en estas montañas. 7Poneos en camino y dirigíos a las montañas amorreas y a las poblaciones vecinas de la estepa, la sierra, la Sefela, el Negueb y la costa. O sea, el territorio cananeo, el Líbano y hasta el Río Grande, el Éufrates. 8Mira, ahí delante te he puesto la tierra que el Señor prometió a vuestros padres, Abrahán, Issac y Jacob.
9>>Entonces yo os dije: Yo solo no doy abasto con vosotros, 10porque el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado y hoy sois más numerosos que las estrellas del cielo. 11Que el Señor, vuestro Dios, os haga crecer mil veces más, bendiciéndoos como os ha prometido; 12pero ¿cómo voy a soportar yo solo vuestra carga, vuestros asuntos y pleitos? 13Elegid de cada tribu algunos hombres hábiles, prudentes y expertos, y yo los nombraré jefes vuestros.
14>>Me contestasteis que os parecía bien la propuesta. 15Entonces yo tomé algunos hombres hábiles y expertos y los nombré jefes vuestros: para cada tribu jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y además alguaciles. 16Y di a vuestros jueces las siguientes normas: "Escuchad y resolved según justicia los pleitos de vuestros hermanos, entre sí o con emigrantes". 17"No seáis parciales en la sentencia, oíd por igual a pequeños y grandes; no os dejéis intimidar por nadie, que la sentencia es de Dios. Si una causa os resulta demasiado ardua, pasádmela y yo la resolveré". 18En la misma ocasión os mandé todo lo que teníais que hacer.
19>>Así, pues, dejamos el Horeb y nos encaminamos a las montañas amorreas, atravesando aquel inmenso y terrible desierto que vosotros habéis visto, y cumpliendo las órdenes del Señor llegamos a Cades Barne.
20>>Entonces os dije: "Habéis llegado a las montañas amorreas que el Señor, nuestro Dios, va a darnos. 21Mira, el Señor, tu Dios, te ha puesto delante esa tierra. Sube y toma posesión, pues te la ha prometido el Dios de tus padres. No temas ni te acobardes".
22>>Pero vosotros acudisteis a mí en masa y me propusisteis: "Vamos a enviar por delante algunos que examinen la tierra y nos informen del camino que hemos de seguir y de las ciudades donde hemos de entrar".
23>>Yo aprobé la propuesta, y escogí entre vosotros doce hombres, uno por tribu. 24Ellos partieron, subieron a la montaña, llegaron a 25Najal Escol* y exploraron la zona, tomaron muestras de los frutos del país, bajaron y nos informaron: "Es buena la tierra que el Señor, nuestro Dios, va a darnos".
26>>Pero vosotros, rebelándoos contra la orden del Señor, vuestro Dios, os negasteis a subir. 27Y os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas: "Porque nos odia nos ha sacado de Egipto el Señor, para entregarnos a los amorreos y destruirnos. 28¡Adónde vamos a subir! Nuestros hermanos nos han acobardado con sus palabras, que la gente es más fuerte y corpulenta que nosotros, que las ciudades son enormes y sus fortificaciones más altas que el cielo, que hasta han visto anaquitas allí".
29>>Yo os decía: "No os aterroricéis, no les tengáis miedo. 30El Señor, vuestro Dios, que va delante, luchará por vosotros, como ya lo hizo contra los egipcios, ante vuestros ojos. 31Y en el desierto ya has visto que el Señor, tu Dios, te ha llevado como a un hijo por todo el camino hasta llegar aquí".
32>>Pero ni por ésas creísteis al Señor, vuestro Dios, que había ido por delante buscándoos lugar donde acampar, 33de noche os marcaba el camino con un fuego; de día, con una nube.
34>>El Señor, al oír lo que decíais, se irritó y juró: 35"Ni uno solo de estos hombres, de esta generación malvada, verá esa tierra buena que juré dar a vuestros padres. 36Exceptúo a Caleb, hijo de Jefoné; él la verá, a él y a sus hijos le daré la tierra que pise, por haber seguido plenamente al Señor".
37>>También contra  mí se irritó el Señor, por culpa vuestra, y me dijo: 38"Tampoco tú entrarás allí. Josué, hijo de Nun, que esteá a tu servicio, es quien entrará allí. Confírmalo, porque él ha de repartir la heredad de Israel. 39Vuestros chiquillos, que creíais ya botín del enemigo; vuestros niños, que aún no distinguen el bien del mal, entrarán allí, a ellos se las daré en posesión. 40Vosotros dad la vuelta, id al desierto en dirección al Mar Rojo".
41>>Entonces vosotros me contestasteis: "Hemos pecado contra el Señor. Vamos a subir a pelear, como nos había ordenado el Señor, nuestro Dios". Y os ceñisteis todos las armas, como si fuera cosa fácil subir a la montaña.
42>>Pero el Señor me dijo: "Diles que no suban a pelear, porque no estoy con ellos y el enemigo los derrotará". 43Os lo dije y no me hicisteis caso, os insolentasteis contra la orden del Señor y subisteis temerariamente a la montaña. 44Los amorreos que habitaban allí hicieron una salida contra vosotros, os persiguieron como abejas y os derrotaron en Jormá* de Seír. 45Volvisteis llorando al Señor, pero el Señor no os escuchó ni os atendió.
46>>Por eso os quedasteis tanto tiempo viviendo en Cades.


Explicación.



1,1-5 Sirve de introducción solemne a todo el libro, indicando la fecha, el lugar, el tema, quién habla, a quién. La fecha es dos meses y medio antes de la pascua (Jos 5). El lugar es la frontera fluvial de la tierra prometida. Moab no es territorio israelítico: podría representar simbólicamente el destierro, donde los doctores elaboran la legislación preparando el retorno a la patria. La ocasión es después de las recientes victorias y ocupaciones de tierras, que son comienzo y prenda. Habla Moisés, a quien ya han anunciado su muerte próxima. Pronuncia "palabras" que serán relato y mandato y exhortación. Así cumple el último encargo de Dios, después de haber cumplido el primero. sacar a los israelitas de Egipto y conducirlos hasta allí. Su tema es la "ley" que debe "inculcar" (como quien cava un pozo, sugiere la etimología). Se dirige a "todo Israel" allí presente; en la perspectiva del autor, también al futuro.


1,2 * = Alba, Aldeas; Dorada.

1,4 Nm 21.

1,6 - 3,29 Estos capítulos forman una introducción histórica que el autor compone con materiales de otras tradiciones y pone en boca de Moisés. El primer tema y el último tratan de la autoridad: delegación a los ancianos, nombramiento del sucesor (1,9-15 y 3,21-28). Entre ambos, una especie de díptico recoge algunos sucesos del desierto y varios casos de relaciones con otros pueblos. Del largo viaje por el desierto se recuerda la razón, es decir, la rebelión del pueblo rehusando entrar (1,19-46). Con otros pueblos: recuerda tres casos de paso pacífico, Edom, Moab y Amón (2,1-23) y dos de batalla (2,24-3,7), que dan lugar a la primera ocupación (3,8-20).

La historia de las andanzas por el desierto está simplificada, bajo el signo de posesión de territorios (otras incidencias irán apareciendo en capítulos sucesivos). Jalona el relato la fórmula "entonces / en aquella ocasión" repetida diez veces.

1,6-8 Horeb es otro nombre del Sinaí. En el mandato de Dios la etapa prolongada del desierto todavía no existe, pues del monte Sinaí se pasa directamente a las montañas de Palestina, y la conquista se anuncia como un simple entrar y tomar sin resistencias. La promesa hecha a los patriarcas está por cumplirse. Se entiende, con la colaboración del pueblo, "tomad". Si no lo hace, puede diferir, no anular la promesa.

El arranque en el Sinaí, no en Egipto, o sea, la alianza, como momento y acto de fundación. Las fronteras señaladas del territorio son máximas en todas las direcciones, hasta el Líbano y el Éufrates. Ni Josías soñó tanto en su política comedida de expansión. ¿Será un sueño de los autores postexílicos?

1,9-18 El episodio está contado según la versión de Nm 11 y Ex 18 con variantes significativas: la más importante es la democratización. En vez de dirigirse a Dios en son de queja, Moisés se dirige al pueblo; éste aprueba el plan del jefe y recibe derecho de presentación. El peso del pueblo se debe al número, no al talante levantisco del pueblo. Es que se ha cumplido la bendición patriarcal de la fecundidad, premisa para ocupar la tierra. Esa bendición se vuelve peso insostenible para Moisés.

1,11 Nm 11.

1,13 Las cualidades que Moisés exige son sapienciales, no carismáticas.

1,14 Ex 18,24-26.

1,16-17 Las funciones de esas autoridades son estrictamente judiciales, de acuerdo con el reparto de poderes de 17-18. Su norma suprema es la justicia, igual para todos (y así ayuda a los débiles), garantizada por Dios (2 Cr 19,5-11). Supone la presencia de emigrantes en la comunidad y prevé una instancia suprema.

1,18 "Todo" es en hebreo "todas las palabras".

1,19 Los dos adjetivos condensan múltples experiencias, en visión negativa; compárese con el cap.8.

1,20-40 También el episodio de los explotadores y la rebelión sufre aquí cambios significativos. Nace del pueblo la idea de enviar por delante exploradores: Moisés la aprueba y escoge a los doce. No hay intercesión, y el castigo de Moisés queda vinculado a la rebelión del pueblo. La acción está dominada por las intervenciones habladas de los exploradores, el pueblo, Moisés, el Señor.

El autor subraya el carácter de pecado. La cautela es realmente miedo y falta de confianza en el Señor. El informe de los exploradores es todo positivo (sin referencia a los gigantes y las ciudades fortificadas). A pesar de ello, el pueblo se niega a subir y blasfema. De nada vale la exhortación de Moisés. Cuando el Señor ha pronunciado la sentencia, el pueblo la desoye y decide subir.

1,20 Montañas amorreas es otra designación de la tierra. Amorreo significa occidental: de hecho se trata de ramas semíticas establecidas en el extremo de poniente.

1,21 "Te ha puesto delante": para que el pueblo decida. Ha llegado el momento esperado durante siglos, y es momento de salvación, como indica la fórmula "no temas". Nm 13-15.

1,23-25 El informe está simplificado. El factor peligro se retrasa hasta el v.28 y lo pronuncia el pueblo rebelde.

1,25 * = Torre del Racimo.

1,27 Deformación blasfema de la salida de Egipto. En vez de justificar su renuncia culpable, agravan la culpa acusando a Dios. El Señor se revela así y su plan histórico: hace falta disposición obediente para entender el sentido de la historia y su revelación. La neutralidad es imposible: negado el sentido auténtico, se inventa el contrario. El pueblo reacciona como debería reaccionar el enemigo ante la intervención del Señor.

1,30-33 Habla Moisés, no Caleb, ni lo acompaña Aarón. Como de costumbre, apela a la experiencia histórica reciente (cfr. Sal 78). Guiando, Dios ha mostrado su afecto personal (cap 8,5): "como un águila" dice Ex 19,4. El pueblo responde desconfiando, con falta de fe (cfr. Ex 14,31).

1,31 Dt 9,5; Os 11,1-4.

1,33 Ex 13,21.

1,34-40 Dios distingue las generaciones, castigando a los rebeldes, pero continuando su proyecto salvador con los hijos, de modo que la promesa patriarcal no falle. El relato sigue entresacando datos de la tradición, que supone conocida. Volviendo al Mar Rojo, tienen que recomenzar el camino: en un instante se han jugado la posesión y han inutilizado todo el trabajo precedente. Ahora entran en un tiempo de dilación. Pero la salida de Egipto, de la esclavitud, no es anulada.

1,37 Compárese con Nm 20,12; 32,51. La tragedia de Moisés se asemeja a la de Josías (2 Re 23,25-27).

1,39 Todavía no son responsables: Is 7,15s.

1,40-45 Con falso arrepentimiento pretenden ahora invalidar el nuevo designio de Dios, añadiendo al delito de presunción al anterior de desconfianza. Las órdenes del Señor son concretas y pueden cambiar por la incorporación de la elección humana. De nada vale el llanto tras la derrota.

1,41 Nm 14,40-45.

1,44 * = Exterminio. Sal 118,12.

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