miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 25.

251>>Cuando dos hombres tengan un pleito, vayan a juicio y los juzguen, absolviendo al inocente y condenando al culpable; 2si el culpable merece una paliza, el juez lo hará tenderse en tierra, y en su presencia le darán los azotes que merece su delito; 3 le podrán dar hasta cuarenta y no más, no sea que excedan el número, la paliza sea excesiva y tu hermano quede infamado a tus ojos.
4>>No le pondrás bozal al buey que trilla.
5>>Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin hijos, la viuda no saldrá de casa para casarse con un extraño; su cuñado se casará con ella y cumplirá con ella los deberes legales de cuñado; 6el primogénito que nazca continuará el nombre del hermano muerto, y así no se borrará su nombre en Israel. 7Pero si el cuñado se niega a casarse, la cuñada acudirá a las puertas, a los ancianos, y declarará: "mi cuñado se niega a transmitir el nombre de su hermano en Israel; no quiere cumplir conmigo su deber de cuñado". 8Los ancianos de la ciudad lo citarán y procurarán convencerlo; pero si se empeña y dice que no quiere tomarla, 9la cuñada se le acercará, en presencia de los ancianos, le quitará una sandalia del pie, le escupirá en la cara y le responderá: "esto es lo que se hace con un hombre que no edifica la casa de su hermano". 10Y en Israel le pondrán por mote "La casa del Sinsandalias".
11>>Si un hombre está riñendo con su hermano, se acerca la mujer de uno de ellos y, para defender a su marido del que lo golpea, mete la mano y agarra al otro por sus vergüenzas, 12le cortarás la mano sin compasión.
13>>No guardarás en la bolsa dos pesas: una más pesada que otra. 14No tendrás en casa dos medidas: una más capaz que otra. 15Ten pesas cabales y justas, ten medidas cabales y justas. Así prolongarás tu vida en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, 16porque quien practica el fraude es abominable ante el Señor.
17>>Recuerda lo que te hicieron los amalecitas por el camino, cuando salías de Egipto: 18te salieron al encuentro cuando ibas cansado y deshecho y atacaron por la espalda a los rezagados sin respetar a Dios.
19>>Cuando el Señor, tu Dios, ponga fin a las hostilidades con los enemigos que te rodean, enla tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en heredad para que la poseas, borrarás la memoria de los amalecitas bajo el cielo. No te olvides.

Explicación.

25,1-3 Reglamenta y limita la pena de azotes, corriente entonces. Habla del tribunal en plural, como si lo compusieran los concejales, y después de "el juez" en singular. El número de golpes depende de la gravedad de la culpa, pero hay un límite máximo. También el culpable es "hermano" y tiene derecho a conservar su dignidad y fama. A dicha pena alude Pablo en 2 Cor 11,24.

25,4 Lo citan 1 Cor 9,9 y 1 Tim 5,18, para justificar a minore ad maius el derecho del apóstol o el catequista a recibir sus sustento.

25,5-10 Es la ley llamada del "levirato" (levir = cuñado). Hay que entenderla en un contexto de poligamia y en una ordenación económica que dejaba sin recursos a algunas viudas. De ahí la importancia de legar el nombre a un descendiente directo: el nombre es lo que queda del hombre (Eclo 40,19; 41,11). La ley del levirato conserva en el hijo de la viuda el nombre del difunto, y a la viuda le procura un hogar en el ámbito familiar. Llevará el nombre del difunto el primer hijo de la unión.

La aplicación de la ley podía traer complicaciones económicas, o bien la mujer no era grata ni aceptable para el cuñado. Este podía resistirse primero y negarse después, es un acto jurídico público. Con lo cual no se exponía a otro castigo que el remoquete burlesco. La intervención de las autoridades mostraba el interés por garantizar los dos valores en la vecindad.

Ilustran aspectos de la ley: el episodio de Judá y Tamar (Gn 38), el libro de Rut, en el cual el que rehúsa no aparece infamado. Quizá se refiera a esta práctica, en clave simbólica, Juan Bautista (Mt 3,11; Mc 1,7; Lc 3,16; Jn 1,27; Hch 13,25).

25,11-12 Fuera de la ley del talión, éste es el único caso de pena por mutilación corporal. 

25,13-16 Esta ley se repite en el cuerpo legal (Lv 19,35-36), el profético (Am 8,5) y el sapiencial (Prov 20,10).

25,17-19 La tribu de Amalec no subsistía cuando se compuso el Dt. Su presencia aquí es emblemática: representan la cobardía y crueldad ensañándose en pobres indefensos, consecuencia de su falta de sentido religioso "respeto de Dios". El hecho aludido se cuenta en Ex 17,8-16; otra presencia hostil en Jue 6 y 1 Sm 15,30.

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