miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 27.

LEY


3. BENDICIONES Y MALDICIONES (Lv 26; Jos 8,32s).



271Moisés y los ancianos de Israel mandaron al pueblo:

2-Guardad todos los preceptos que yo os mando hoy. El día que crucéis el Jordán para entrar en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, levantarás unas piedras grandes, las revocarás de cal, y cuando crucéis, 3escribiréis en ellas todos los artículos de esta ley, en conmemoración de tu entrada en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, una tierra que mana leche y miel, como te dijo el Señor, Dios de tus padres. 4Cuando crucéis el Jordán, levanteréis en el monte Ebal las piedras que yo os mando hoy y las revocaréis de cal. 5Allí construirás un altar al Señor, tu Dios, un altar de piedras no labradas a hierro 6un altar de piedras enteras construirás al Señor, tu Dios; ofrecerás sobre él holocaustos al Señor, tu Dios, 7ofrecerás sacrificios de comunión y allí los comerás haciendo fiesta ante el Señor, tu Dios, 8y escribirás sobre las piedras, grabándolos bien, todos los artículos de esta ley.
9Moisés y los sacerdotes levitas dijeron a todo Israel:
-Guarda silencio y escucha, Israel: hoy te has convertido en el pueblo del Señor, tu Dios; 10escucharás la voz del Señor, tu Dios, y cumplirás los preceptos y mandatos que yo te mando hoy.
11Aquel día ordenó Moisés al pueblo:
12-Cuando crucéis el Jordán, se colocarán sobre el monte Garizín las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín 13para pronunciar la bendición al pueblo, y en el monte Ebal las tribus de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí para conminar la maldición al pueblo.
14<<Los levitas entonarán y recitarán con voz fuerte, ante todos los hombres de Israel:
15¡Maldito quien se haga
una imagen o se funda un ídolo
-abominación del Señor,
obra de artífice-
y se lo guarde escondido!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
16¡Maldito quien desprecie
a su padre o a su madre!
y el pueblo responderá:
¡Amén!
17¡Maldito quien corra
los mojones de su vecino!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
18¡Maldito quien extravíe
a un ciego en el camino!,
y el pueblo responderá:
¡Amén!
19Maldito quien defraude
de sus derechos
al emigrante, al huérfano 
o a la viuda!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
20¡Maldito quien se acueste
con la mujer de su padre!
(por haber descubierto
o que es de su padre),
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
21¡Maldito quien se acueste
con bestias!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
22¡Maldito quien se acueste
con su hermana,
hija de su padre
o de su madre!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
23¡Maldito quien se acueste
con su suegra!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
24¡Maldito quien mate
a escondidas a su hermano!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!
25¡Maldito quien se deje sobornar
para matar a un inocente!,
y el pueblo a una responderá
¡Amén!
26¡Maldito quien no mantenga
los artículos de esta ley,
poniéndolos por obra!,
y el pueblo a una responderá:
¡Amén!


Explicación.



LEY



3. BENDICIONES Y MALDICIONES



27 Muchos piensan que este capítulo, en todo o en parte es adición. Después de la ratificación solemne de 26,17-19, se pasaba a las bendiciones o maldiciones para concluir. Ahora se interrumpe o se detiene el paso, como teniendo un puente largo.


Atendiendo a la forma, reconocemos tres introducciones. En la primera (1); Moisés con los ancianos se dirige al pueblo; en la segunda (9); Moisés con los sacerdotes levitas se dirige a todo Israel, en la tercera (11); Moisés con las autoridades civiles y religiosas exhorta a cumplir fielmente la alianza: podrían servir de puente para el cap. 28. En la tercera se introduce una ceremonia que se celebrará en el centro de Palestina y se pronuncian unas maldiciones que anticipan las del cap. 28. Vamos por partes.

27,2-8 A la conclusión de la alianza pertenece también la escritura del protocolo y la celebración del sacrificio (Ex 19-20; 24; 34; Jos 24). Para lo primero se pueden emplear losas en que se graba el texto o piedras encaladas en las que se escribe. Para lo segundo hace falta un altar, que puede completarse con un cromlech de piedras erigidas en círculo.

Para dar razón de dichas ceremonias, el presente pasaje ha utilizado datos y versiones que no ha armonizado suficientemente. Encontramos unas piedras que podrían conmemorar el paso del Jordán, como en Jos 4, que se emplean para escribir la ley; piedras que después se erigen en Ebal, no se dice si como escritura pública o como cromlech conmemorativo (no dice que fueran doce).

El altar se construye según la ley de Ex 20,25, pero en Ebal, contra la ley de centralización del culto del Dt. Puede ser una tradición antigua, que atestigua con otras la posición central de Siquén antes de la monarquía. El rito de la alianza, como nos hace saber Jos 8,30-35, incluye también la proclamación de las bendiciones y maldiciones que leeremos a continuación.

27,9-10 Sobre el silencio sagrado o litúrgico, véanse Sof 1,7; Hab 2,20; Zac 2,17.

27,11-14 El desarrollo de la ceremonia no está claro: ¿hablan los levitas, o proclaman en dos grupos todos las tribus? El texto, probablemente, combina dos versiones de la ceremonia. Geográficamente Garizín representa el sur, la derecha, donde se pronuncia la bendición; Ebal es el norte, la izquierda, donde se conmina la maldición. (El esquema de derecha e izquierda perdura hasta el discurso escatológico de Mt 25).

La lista de tribus no coloca aparte a Leví, y por ello no divide a José en Efraín y Manasés. Para una lista antigua. Una vez que se ha insertado esta descripción, eltexto discurre en triple fase: maldición (15-20); bendición (28,1-14); maldición (15-68).

27,15-20 Esta serie de doce maldiciones se suele llamar, por su contenido, el dodecálogo de Siquén, es decir, los doce mandamientos de la alianza de Siquén. Su forma es simple, categórica y uniforme, con un par de adiciones parenéticas que turban la regularidad original. La primera trata de las relaciones con el Señor: prohíbe la idolatría y el hacerse imágenes del Señor; sigue el tema de la familia, relaciones sociales, relaciones sexuales, homicidio; la última abarca todas.

Casi todos los delitos condenados tienen carácter oculto, secreto: adonde no llega la justicia humana, llega la maldición de Dios, que el pueblo entero invoca. Todos los casos se repiten con otras fórmulas en los cuerpos legales del Pentateuco. He aquí una lista somera: 15: 5,7 y 9,12; 16: Ex 21,17 y Lv 20,9; 17: 19,14; 18: Lv 19,14; 19: Ex 22,20-23 y 23,3; 20: Lv 18,7-17; 21: Ex 22,18; Lv 18,23 y 20,15; 22: Lv 18,9 y 20,17; 23: Lv 18,17 y 20,14; 24: Ex 21,12 y Lv 24,17; 25: Ex 23,8.



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