miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 28.

281>>Si obedeces y escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos que yo te mando hoy, el Señor, tu Dios, te encumbrará por encima de todas las naciones del mundo. 2Sobre ti irán viniendo, hasta darte alcance, todas estas bendiciones, si escuchas la voz del Señor, tu Dios:
3>>Bendito seas en la ciudad, bendito seas en el campo.
4>>Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo, el fruto de tu ganado, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas.
5>>Bendita tu cesta y tuartesa.
6>>Bendito seas ale ntrar, bendito seas al salir.
7>>Que el Señor te entregue ya vencidos los enemigos que se alcen contra ti; saldrán contra ti por un camino y por siete caminos huirán.
8>>Que el Señor mande contigo la bendición en tus graneros y en tus empresas y te bendiga en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios.
9>>Que el Señor te nombre su pueblo santo, como te tiene prometido, si guardas los preceptos del Señor, tu Dios, y vas por sus caminos; 10así verán todos los pueblos de la tierra que se ha invocado sobre ti el nombre del Señor, y te temerán.
11>>Que el Señor te enriquezca con el fruto de tu vientre, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, en la tierra que el Señor había prometido a tus padres que te daría a ti.
12>>Que el Señor te abra su rico almacén del cielo, dando a su tiempo la lluvia a tu tierra y bendiciendo todas tus tareas; así, prestarás a muchas naciones y tú no pedirás prestado.
13>>Que el Señor te ponga de cabeza, no de cola; que vayas siempre a más, nunca a menos; si escuchas los preceptos del Señor, tu Dios, que yo te mando hoy, poniéndolos por obra, 14y no te apartas a derecha ni a izquierda de lo que yo te mando hoy, yendo detrás de dioses extranjeros para darles culto.
15>>Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos y mandatos que yo te mando hoy, irán viniendo sobre ti, hasta darte alcance, todas estas maldiciones:
16>>Maldito seas en tu ciudad, maldito seas en el campo.
17>>Maldita tu cesta y tu artesa.
18>>Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas.
19>>Maldito seas al entrar, madito seas al salir.
20>>Que el Seño te mande la maldición, el pánico y la amenaza en todas las tareas que emprendas, hasta que seas exterminado, hasta que perezcas sin tardanza, por haberlo abandonado con tus malas obras.
21>>Que el Señor te pegue la peste, hasta terminar contigo, en esa tierra donde vas para tomarla en posesión.
22>>Que el Señor te hiera de tisis, calenturas y delirios; sequía, agostamiento y tizón; que te persigan hasta que perezcas.
23>>Que el cielo sobre tu cabeza sea de bronce y la tierra bajo tus pies de hierro.
24>>Que el Señor te mande en vez de lluvia polvo, y haga bajar ceniza del cielo, hasta que seas exterminado.
25>>Que el Señor te entregue ya vencido al enemigo: saldrás contra él por un camino y por siete caminos huirás; serás el espanto de todos los reinos de la tierra; 26será tu cadáver pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante.
27>>Que el Señor te hiera de viruela, bubones, tiña y sarna, que no puedes curar.
28>>Que el Señor te hiera de locura, ceguera y demencia; 29andarás a tientas a mediodía, como a tientas anda un ciego en su tiniebla. Fracasarás en todos tus caminos, te explotarán y te robarán mientras vivas, y no habrá quien te salve.
30>>Te prometerás con una mujer, y otro se la gozará; te edificarás una casa, y no la habitarás; te plantarás una viña, y no la vendimiarás.
31>>Te matarán el buey ante tus ojos, y no lo probarás; te robarán el asno, y no te lo devolverán; entregarán tu rebaño al enemigo, y no habrá quien te salve.
32>>Serán entregados tus hijos e hijas a un pueblo extranjero; tus ojos lo verán y se irán consumiendo por ellos, sin que puedas echarles una mano.
33>> Un pueblo desconocido se comerá el fruto de tu suelo, tus fatigas; te verás explotado y aplastado del todo mientras vivas, 34hasta volverte loco, por el espectáculo que han de contemplar tus ojos.
35>>Que el Señor te hiera en las rodillas y en los muslos con úlceras que no puedas curar, de la planta de los pies al cráneo.
36>>Que el Señor te haga marchar a ti y al rey que tú establezcas a una nación desconocida de ti y de tus padres; allí darás culto a dioses extranjeros de piedra y leño. 37Serás el asombro, el refrán y la burla de todos los pueblos adonde te deporte el Señor, tu Dios.
38>>Saldrás al campo cargado de semilla y cosecharás una miseria, porque te lo devorará la langosta.
39>>Plantarás y cultivarás viñas, y no beberás ni almacenarás vino, porque te lo comerá el gusano.
40>>Tendrás olivos en todos tus terrenos, y no te ungirás con aceite, porque se te caerán las olivas.
41>>Engendrarás hijos e hijas, y no serán para ti, porque marcharán al cautiverio.
42>>De tus árboles frutales y cosechas se apoderarán los insectos.
43>>El extranjero que viva entre los tuyos se alzará sobre ti, cada vez más arriba, y tú caerás, cada vez más abajo; 44él te prestará, y tú no le podrás prestar; él será cabeza, y tú cola.
45>>Sobre ti irán viniendo todas estas maldiciones, te perseguirán y te darán alcance, hasta exterminarte, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, desobedeciendo los preceptos y mandatos que él te mandó, 46y ellas serán signo y prodigio contra ti y tu descendencia para siempre.
47>>Por no haber servido al Señor, tu Dios, con alegría y generosidad en tu abundancia, 48servirás al enemigo que mande el Señor contra ti: en hambre y sed, desnudez y miseria total; él te pondrá en los hombros un yugo de hierro, hasta exterminarte.
49>>El Señor alzará contra ti una nación lejana -se lanzará sobre ti como buitre desde los confines del orbe-; 50una nación de lengua incomprensible, nación cruel sin respeto para el anciano, sin piedad para el muchacho; 51que devorará el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta exterminarte; que no dejará rastro de tu trigo, tu mosto y tu aceite, de las crías de tu ganado y del parto de tus ovejas, hasta destruirte; 52que te sitiará en todas tus ciudades, hasta que se derrumben las altas y sólidas murallas que creías tu seguridad en toda tu tierra; te sitiará en todas tus ciudades, por toda la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, 53y te comerás el fruto de tu vientre, la carne de los hijos e hijas que te haya dado el Señor, tu Dios, en la angustia del asedio con que te estrechará tu enemigo. 54El más refinado y exquisitó mirará con envidia a su hermano, a la mujer que se acostaba en tus brazos y a los hijos que le quden, 55por tener que repartir con otros la carne del hijo que se coma, al no haberle quedado ya nada, en la angustia del asedio con que te estreche tu enemigo, en todas tus ciudades; 56la más refinada y exquisita, la que jamás se aventuraba a posar la planta del pie sobre la tierra, de tanta finura y exquisitez, mirará con envidia al hombre que se acostaba en sus brazos, a su hijo y a su hija; 57 a la placenta que le sale entre las piernas y al hijo que acaba de parir, que querría comérselos a escondidas, al faltarle todo, en la angustia del asedio con que te estreche tu enemigo, en todas tus ciudades.
58>>Si no pones por obra todos los artículos de esta ley, escritos en este Código, temiendo este nombre glorioso y terrible, "el Señor, tu Dios", 59el Señor os producirá a ti y a tus descendientes heridas impresionantes, heridas tremendas y enconadas, enfermedades malignas y crónicas; 60él vovlerá contra ti las epidemias egipcias que te horrorizan y te las pegará, 61y todas las enfermedades y heridas que no aparecen en el código de esta ley también las lanzará contra ti, hasta exterminarte.
62>>Pocos seréis los que quedéis, después de haber sido numerosos como las estrellas del cielo, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios.
63Como gozó el Señor haciéndoos el bien, haciéndoos crecer, igual ha de gozar destruyéndoos y exterminándoos; seríes arrancados de la tierra adonde vas a entrar para tomarla en posesión, 64y el Señor os dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí darás culto a dioses extranjeros, desconocidos de ti y de tus padres, piedra y leño; 65no descansarás jamás en esos pueblos, no reposará nunca la planta de tu pie; el Señor te volverá allí asustadizo, ciego y cobarde; 66vivirás pendiente de un hilo, temblarás día y noche, no vivirás jamás seguro; 67por la mañana dirás: "Ojalá anocheciese", por el pavor que estremecerá tu corazón, por el espectáculo que verán tus ojos.
68>>El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver", y allí seréis puestos en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, y no habrá comprador>>.

Explicación.

28 Este gigantesco capítulo final de la alianza está dedicado a bendiciones y maldiciones: práctica normal. Pero leyendo el texto nos sorprende el reparto desigual: para las bendiciones (1-14); para las maldiciones (15-68). ¿A qué se debe la desigualdad?

Se aduce el ejemplo de pactos y códigos extranjeros, que dedican todo o casi todo el espacio a maldiciones para los transgresores, y que han inspirado el texto del Dt. Las adiciones de 45-57 y 58-68 y de elementos parenéticos reducen la desigualdad, no la anulan. Quizá sea más fácil describir desgracias que dichas: el bien en la integridad, el mal por cualquier defecto (bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu). O será que la presencia y recuerdo del destierro induce este recuento casi complacido de desgracias.

Se puede hipotizar un formulario original simple, uniforme, simétrico; pero es imposible reconstruir semejante original hipotético. Se pueden distinguir las formas más simples "bendito... maldito", la forma optativa, el enunciado de futuro. Compárese este capítulo con el 26 del Levítico.

28,1-2 Si bien bendiciones y maldiciones están promulgadas por Dios, funcionan como fuerzas de una dialéctica provocada por la alianza. Por la respuesta del hombre, se ponen en movimiento ambas hasta darle alcance.

28,3-6 La primera serie comprende seis enunciados "bendito" organizados en binas polares o complementarias: ciudad y campo sintetizan la cultura urbana y agraria de la época, salir y entrar sintetizan todos los movimientos; vacas y ovejas sintetizan el ganado doméstico; cesta y artesa representan los productos naturales y elaborados. ¿Tienen parentesco especial vientre y tierra?: pueden indicar el paralelismo tradicional de fecundidad y fertilidad.

28,4 Lc 1,42.

28,7-14 El segundo grupo repite algunas bendiciones precedentes en forma optativa, con comentarios parenéticos. Se pueden resumir en paz y prosperidad, paz como ausencia de guerra (cfr. Sal 144,12-15).

28,7 La formulación responde a una agresión militar.

28,8 El granero expresa la conclusión del ciclo, la empresa el comienzo y desarrollo.

28,9 Confirmación de la alianza: según Ex 19,6 y la ratificación reciente 26,17-19.

28,11 Para "tierra" emplea aquí el término que designa la tierra de cultivo.

28,12 Véanse 11,14 y Sal 65. Sobre el prestar; 15,6.

28,13 Véase Is 9,13.

28,14 En la exhortación conclusiva retorna al primer mandamiento y subraya el valor condicionado de las bendiciones.

28,16-19 Repiten como en espejo y en forma de maldición el grupo de 3-6.

28,20-44 Observaciones de conjunto sobre la serie optativa. a) Algunas repiten bendiciones, invirtiendo sujeto y complemento: padecerá Israel lo que antes tocaba al enemigo. b) Algunas parecen inspiradas en textos de maldición asirios, en el Dt sin referencia a otras divinidades. Otras pueden estar inspiradas en oráculos proféticos. c) El fracaso constituye una grave maldición: el trabajar en vano, sin disfrutar del producto, porque otros se lo llevan; en el terreno de la familia y del trabajo. d) Algunas forman bloques menores dentro de la serie. e) Varias hablan de exterminar, aniquilar, perecer, acabar con, consumir. f) Los elementos parenéticos se reducen al mínimo.

28,20 Empieza con énfasis: acumulando sustantivos, universalizando "todas", extremando "perezcas". La mala conducta es abandono del Señor.

28,21 La peste: nombre genérico de cualquier epidemia grave; una de las cuatro plagas clásicas de Jr y Ez.

28,22 También es enfática esta enumeración. La identificación de las dolencias es dudosa. Am 4,9.

28,24 Invierte la función del cielo atribuyéndole lo propio de la tierra.

28,25 Sal 44,10-15.

28,26 Como 1 Sm 17,46 (David a Goliat); Jr 15,4 y paralelos.

28,27 Como 1 Sm 5,6; Lv 21,20.

28,28 Véase Zac 12,4.

28,29 Véase Is 59,10.

28,30 La misma serie en la ley de la guerra: 20,5-7.

28,32 Como botín de guerra o en pago de deudas.

28,33 P. ej. Jue 6; Is 1,7.

28,35 Expresión semejante en Is 1,6.

28,36 Parece aludir al destierro de Jeconías y Sedecías (2 Re 24-25), poniendo al Señor como sujeto agente. La segunda parte es como una humillante pena del talión, porque los dioses extranjeros son "piedra y leño".

28,37 Véase Jr 18,16; 24,9.

28,38-42 Animales despreciables hacen el papel de verdugos, frustrando el trabajo de los campesinos.

28,45-46 Sirven de conclusión y de enlace para continuar. La forma de pretérito perfecto muestra que Israel ha consumado la desobediencia. En boca de Moisés equivaldría a futuro perfecto.

28,47 Comienza otra serie, en la que escuchamos resonancias de la terrible caída de Jerusalén y del destierro. Es fácil identificar ecos de los profetas. El autor proyecta los sucesos, en forma de maldición, al tiempo de Moisés, y explica así que estaban previstos y habían sido amenazados. El fundamento de semejante operación pudieron ser las breves maldiciones que formaban parte de la alianza primitiva. Puede compararse con las Lamentaciones. Véase en el cap. 8 la descripción de la abundancia como don y como tentación.

28,48 El yugo representa la esclavitud: véase Jr 28,13; Sal 2,3.

28,49 Véanse Is 5,26; Jr 48,40.

28,50 Is 33,19; Jr 5,15.

28,51 Jr 5,17; Is 62,8s.

28,52 2 Re 17,5; 25,1-4.

28,53-57 2 Re 6,28; Jr 19,9; Lam 4,10; Bar 2,3. El autor describe actos de canibalismo con realismo estremecedor; compone una escena con varios personajes y momentos.

28,58-68 Comienza una última serie, colgada de la condicional inicial. Lo más grave y llamativo de este bloque es el ir desandando, deshaciendo la liberación. La promesa de descendencia patriarcal: "seréis pocos": el don de la tierra: "seréis arrancados"; el culto al Señor: "dioses extranjeros"; la salida de Egipto: "te hará volver". Quizá pensando en la revelación del nombre (Ex 3,14-16), ha mencionado enfáticamente "el nombre" en la condición inicial (cfr. Sal 99).

28,62 Véanse Jr 42,2; Bar 2,29; Neh 7,4.

28,63 Cfr. PRov 1,26; Ez 5,13.

28,64 Jr 19,4; 44,3.

28,65 Lm 1,3.

28,66 Job 24,22.

28,67 Job 7,4.

28,68 Dt 17,16; Os 8,13; 9,3. No termina, como Lv 26 o 1 Re 8, con conversión y esperanza.

28,69 En la disposición actual del libro, este verso funciona como introducción a lo que sigue. Y propone la distinción de alianzas. Ya en el Éxodo figuraban dos alianzas: capítulo 24 y 34; cada una con su decálogo. También en Dt distingue dos alianzas: una en el Horeb, con el decálogo de Dt 5, y la nueva en Moab, con los mandatos y decretos promulgados por Moisés. Ambos casos, Ex y Dt, pueden considerarse como renovación de la misma alianza; otra serie de textos hablan de renovación de la alianza como acto litúrgico periódico o en ocasiones trascendentales (p. ej. Josué Jos 24; Josías 2 Re 23). Cuando Jr 31 habla de una segunda alianza futura, habla de otra cosa, de un modo nuevo de alianza eficaz. Con la de Jeremías, no con la de Moab, se identifica la nueva alianza de Jesucristo.

Por influjo, quizá, de Jeremías, algunos detalles de los siguientes capítulos sugieren la interioridad de la alianza en Moab.

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