miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 4.

41>>Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño a cumplir; así viviréis y entraréis y tomaréis posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. 2No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; cumplid los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. 3Vuestros ojos han visto lo que el Señor hizo en Baal Fegor; el Señor, tu Dios, exterminó en medio de ti a todos los que se fueron con el ídolo de Fegor; 4en cambio, vosotros, que os pegasteis al Señor, seguís todos con vida. 5Mirad, yo os enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella. 6Ponedlos por obra, que ellos serán vuestra prudencia y sabiduría ante los demás pueblos, que al oír estos mandatos comentarán: "¡Qué pueblo tan sabio y prudente es esa gran nación!" 7Pues ¿qué nación grande tiene un dios tan cercano como está el Señor, nuestro Dios, cuanto lo invocamos? 8Y ¿qué nación grande tiene unos mandatos y decretos tan justos como esta ley que yo os promulgo hoy?
9>>Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos. 10El día aquel que estuviste ante el Señor, tu Dios, en el Monte Horeb, cuando me dijo el Señor: "Reúneme al pueblo y les haré oír mis palabras, para que aprendan a temerme mientras vivan en la tierra y se las enseñen a sus hijos".
11>>Vosotros os acercasteis y os quedasteis al pie de la montaña, mientras la montaña ardía con llamas que se alzaban hasta el cielo, en medio de oscuros y densos nubarrones. 12El Señor os hablaba desde el fuego: oíais palabras sin ver figura alguna, sólo se oía una voz. 13Él os comunicó su alianza y los diez mandamientos que os exigía cumplir, y los grabó en dos losas de piedra. 14A mí me mandó entonces que os enseñara los mandatos y decretos que habíais de cumplir en la tierra adonde vais a cruzar para tomar posesión de ella.
15>>¡Mucho cuidado!, que cuando el Señor, vuestro Dios, os habló en Horeb, desde el fuego, no visteis figura alguna. 16No os pervirtáis haciéndoos ídolos o figuras esculpidas: imágenes de varón o hembra, 17imágenes de animales terrestres, imágenes de aves que vuelan por el cielo, 18imágenes de reptiles del suelo, imágenes de peces del agua bajo la tierra. 19Al levantar los ojos al cielo y ver el sol, la luna y las estrellas, el ejército entero del cielo, no te dejes arrastrar a prosternarte ante ellos para darles culto; pues el Señor, tu Dios, se los ha repartido a todos los pueblos bajo el cielo. 20En cambio, a vosotros os tomó el Señor y os sacó del horno de hierro de Egipto para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo eres hoy.
21>>El Señor se irritó conmigo y me juró que no cruzaré el Jordán ni entraré en esa tierra buena que el Señor, tu Dios, te va a dar como heredad. 22Sí, yo moriré en esta tierra, sin cruzar el Jordán, mientras que vosotros lo cruzaréis y tomaréis posesión de esa tierra buena. 23Cuidado con olvidar la alianza que el Señor, vuestro Dios, concertó con vosotros, haciéndoos ídolos de cualquier figura, cosa que te ha prohibido el Señor, tu Dios. 24Pues el Señor, tu Dios, es fuego voraz, dios celoso.
25>>Cuando engendres hijos y nietos y os hagáis veteranos en la tierra, si os pervertís haciéndoos ídolos de cualquier figura, haciendo lo que el Señor, tu Dios, reprueba 26-¡cito hoy como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra!-, desapareceréis muy pronto de la tierra de la que vas a tomar posesión pasando el Jordán; no prolongaréis la vida en ella, sino que seréis destruidos. 27El Señor os dispersará por las naciones, y quedaréis unos pocos en los pueblos adonde os deportará el Señor. 28Allí serviréis a dioses fabricados por hombres, leño y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Deesde allí buscarás al Señor, tu Dios, y lo encontrarás si lo buscas de todo corazón y con toda el alma. 30Cuando al cabo de los años te alcancen y te estrechen todas esas maldiciones volverás al Señor, tu Dios, y le obedecerás. 31Porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo: no te dejará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que juró a vuestros padres. 
32>>Sí, pregunta a la antigüedad, a los tiempos pasados, remontándote al día en que Dios creó al hombre sobre la tierra y abarcando el cielo de extremo a extremo, si ha sucedido algo tan grande o se ha oído algo semejante. 33¿Ha oído algún pueblo a Dios hablando desde el fuego, como tú lo has oído, y quedó vivo? 34¿Intengó algún dios acudir a sacarse un pueblo de en medio de otro con pruebas, signos y prodigios, en son de guerra, con mano fuerte y brazo extendido, con terribles portentos, como hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros contra los egipcios, ante vuestros ojos?
35>>Pues a ti te lo mostraron, para que sepas que el Señor es Dios y no hay otro fuera de él. 36Desde el cielo te hizo oír su voz para instruirte, en la tierra te hizo ver su fuego terrible y escuchaste sus palabras entre el fuego. 37Porque quiso a vuestros padres y escogió a sus descendientes, él en persona te sacó de Egipto con su gran poder, 38para desposeer a pueblos más grandes y poderosos que tú, para llevarte a su tierra y dártela en heredad, cosa que hoy es un hecho. 39Pues reconoce hoy, y métetelo dentro, que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. 40Guarda los mandatos y preceptos que te daré hoy; así os irá bien a ti y a los hijos que te sucedan y prolongarás la vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar para siempre>>.
41Entonces Moisés separó tres ciudades al este del Jordán 42para que buscase asilo en ellas el que sin intención hubiera matado a otro sin que lo odiase antes; refugiándose en una de ellas, salvaría la vida. 43Para los rubenitas, Beser, en el desierto, en la planicie; para los gaditas, Ramot de Galaad; para los manasitas, Golán de Basán.

LEY

1. DECÁLOGO Y PARÉNESIS (Ex 20)

44Ley que promulgó Moisés a los israelitas. 45Normas, mandatos y decretos que propuso Moisés a los israelitas al salir deEgipto. 46Al otro lado del Jordán, en la hondonada frente a Bet Fegor, en territorio de Sijón, rey amorreo que residía en Jesbón. Al salir de Egipto los derrotó Moisés con los israelitas, 47y conquistaron su territorio, lo mismo que el de Og, rey de Basán. Dos reyes amorreos 48del lado oriental del Jordán. 49Toda la estepa a oriente del Jordán desde Aroer, a orillas del Arnón, hasta el monte Sirión (o Hermón) y hasta el Mar Muerto, en las laderas del Fasga.


Explicación.



4,1-40 Este capítulo es adición y sirve como gran introducción a los cap. 5-28. Se pueden detectar en él el esquema de código y el de alianza. Código: prólogo (1-8); cuerpo legal (9-31); epílogo (32-40). Alianza: prólogo histórico (10-14); principio fundamental (15-19.23-24); sanciones (25-31). El tema central es el primer mandamiento: culto exclusivo del Señor y rechazo de los ídolos. El cumplimiento se inculca con motivos convergentes: beneficios recibidos, grandeza del Señor, promesas y amenazas. En esto el capítulo encaja en el espíritu del Deuteronomio, aunque el estilo muestra aspectos diferenciales.


4,1-2 El comienzo puede leerse como consecuencia de la historia contada por Moisés, pero las fórmulas son de comienzo. Recurren las fórmulas "escucha", "ahora" (5,1; 6,4; 9,1), "mandatos y decretos", "ahora" (10,12). El título "Dios de vuestros padres" alude a la promesa patriarcal. La entrada en la tierra está condicionada, como en 8,1.

4,3-4 De la historia precedente escoge el escarmiento de Baal Fegor, caso típico de elección entre "seguir" al ídolo (con prostitución sacra) y "pegarse" al Señor; esta fórmula expresa la adhesión, la lealtad exclusiva. La retribución sancionó la elección humana, y el recuerdo suena como aviso o escarmiento: es cuestión de vida o muerte.

4,5 "Mandatos y decretos" es una de las binas (endíadis) que expresan la totalidad. Su cumplimiento se propone aquí, no como condición para entrar, sino como tarea en la tierra ya ocupada; y en su cumplimiento concreto y sucesivo se realiza la lealtad radical: del primer mandamiento cuelgan los demás.

4,6-7 Sabiduría o sensatez y prudencia son cualidades humanas, internacionales, cultivadas y estimadas por otros pueblos. Israel posee una sensatez propia, recibida de Dios como orden de vida (véase la identificación en Eclo 24,23; Bar 4,1). Una vida según los preceptos será testimonio ante el resto de las naciones; por ella Israel será reconocido como "gran nación" -esto se dice cuando los judíos forman una pequeña provincia del gran imperio persa-. En el cumplimiento de esa ley, más que en el templo, Israel tendrá a su Dios cercano. Lo puede invocar, pronunciando su nombre, sin necesidad de imágenes, con una relación más personal y exigente. Is 55,6.

4,8 Ni los famosos códigos de otros pueblos (p. ej. el de Hammurabi) se pueden comparar con el código legal de Israel, que es un humanismo revelado y garantizado por Dios.

4,9 Los hechos recientes apoyan la observancia, porque los mandatos se fundan en los beneficios precedentes de Dios; su cumplimiento tiene algo de respuesta agradecida. De aquí la importancia de la memoria en la religiosidad de Israel (cfr. Sal 78).

4,10 El temor es reverencia y respeto que se traducen en el cumplimiento. Establece además el principio de la enseñanza como catequesis familiar.

4,10-14 Empieza por la alianza y promulgación de la ley, decálogo con sus circunstancias. La primera es la reunión o convocación (raíz qhl)  del pueblo, por orden de Dios y ejecución de Moisés. El pueblo "se acerca" (contra Ex 19,12) y se mantiene en pie, en actitud litúrgica. Dios se manifiesta en una teofanía espectacular, enigmática, hecha de fuego y oscuridad; pero no se muestra en figura visible -fundamento de la prohibición de imágenes-. El protocolo escrito de la alianza lo constituye el decálogo, escrito o grabado en dos losas: tradicionalmente se decía y se pintaba el decálogo repartido en dos secciones, y hasta se distinguían los preceptos de la primera y de la segunda tabla. Por comparación con la práctica antigua, piensan algunos que se trata de dos copias del protocolo, para los dos firmantes o signatarios.

Según la concepción del Dt, Moisés recibió en el Horeb sólo las "diez palabras" (5, 22). Recibió además la orden genérica de dar más tarde a los israelitas una serie articulada de "mandatos y decretos". En el desierto, los israelitas se atienen a los diez mandamientos; en Moab promulga Moisés nuevos decretos, que de algún modo especifican y comentan el decálogo (como veremos). Diversa es la concepción de Ex, Lv y Nm, que colocan en el Sinaí la promulgación de enteros códigos legales.

4,12 Heb 12,18s.

4,15 El argumento contra los ídolos se basa en la oposición entre palabra y figura. El culto de Yhwh no admite represntación (culto anicónico); más aún, todo intento de representarlo desemboca en fabricación de ídolos. La representación del Señor no sólo está prohibida, sino que además es imposible.

4,16-19 Los dos rivales del culto auténtico son el culto idolátrico de imágenes de seres vivos (incluidas figuras humanas) y el culto astral. En forma de lenguaje, es frecuente, es normal el "antropomorfismo" o lenguaje sobre Dios en términos humanos; es poco frecuente el zoomorfismo (p. ej. Dt 32,11; Is 31,4s; Os 13,8). Sobre el culto astral puede verse Job 31,26-27; Sab 13,2; fue peligro especial para los deportados a Babilonia.

4,19b-20 El hebreo usa un juego de palabras: hlq / Iqh = repartir y escoger. Es extraño atribuir a Dios la asignación de diversas constelaciones o astros a diversas naciones. Según la mentalidad antigua, los astros eran animados, ejército de Dios que cumple sus órdenes y recibe tareas específicas, seres angélicos (cfr. Job 38,7); pero no son dioses ni divinos. Dentro de esta mentalidad habrá que inscribir la presente afirmación (cfr. Dt 32,8). El v.20 sintetiza tres elementos: elección, liberación, propiedad.

4,21-24 Sirven para enlazar el hecho del Horeb con la situación presente ante el Jordán: la entrada en la tierra de los cananeos redoblará las tentaciones de idolatría. El pueblo es heredad del Señor y la "tierra buena" es heredad del pueblo, lugar donde vivir la alianza.

4,24 "Fuego" como en la teofanía del Sinaí, "celoso" porque exige adhesión total y exclusiva (Ex 20,5; 34,14). Por el celo pasa el amor a la ira, que es fuego y devora.

4,25-28 Escrito con la perspectiva cercana del destierro proyectada a la previsión profética de Moisés. El destierro será -ha sido- castigo de la idolatría (predicación de Jr y Ez). La posesión de la tierra como heredad es condicionada: se puede perder, y su pérdida implica también la disminución de la población; es decir, quedan anuladas dos promesas patriarcales. En el destierro se cumple la dialéctica del pecado: por haber servido, dado culto, a los dioses falsos de Canaán, tendrán que servir, como esclavos, a los dioses de pueblos extranjeros.

4,26 Dt 32,1.

4,28 Sal 115,4-8.

4,29-31 Pero el destierro no será -no ha sido- lo último, porque la compasión de Dios es el arco supremo que lo abarca todo, incorporando como segmentos históricos el castigo saludable, el arrepentimiento y el perdón. La compasión de Dios transforma el castigo aceptado en salvación, porque su alianza-promesa con los patriarcas sigue vigente.

4,29 Véase Is 55,6; Jr 29,13.

4,30 La "conversión" predicada retiradamente por Jeremías. 1 Re 8,47.

4,31 Ex 34,6.

4,32-40 Después de la exposición negativa sobre los ídolos, con sus amenazas, pasa el predicador a inculcar la doctrina positiva sobre Yhwh: un monoteísmo formal y explícito, en la línea de Isaías Segundo (Is 45,5.18.22; etc). La profesión de fe "reconocer" se repite a manera de estribillo (35 y 39).

Aunque breve, el epílogo es una pieza oratoria que despliega sus mejores recursos: enumera (siete miembros en v.34), interroga, interpela, solicita la colaboración de los oyentes, "pregunta" (cfr. Job 8,8). Quiere abarcar el espacio celeste de extremo a extremo y remontarse en la historia hasta la creación de Adán: colocado en esas coordenadas de espacio y tiempo, el hecho de Israel es máximo y único, como es único su Dios, el Señor.

Entre los hechos recientes, destaca el orador la salida de Egipto y la revelación verbal del Sinaí. Sólo que esa alianza es consecuencia de la promesa hecha a los patriarcas. Todo ha de desembocar, por parte del pueblo, en el cumplimiento de la ley, fuente de bendiciones.

4,41-43 Empalman con 3,28. Véanse Nm 35,9-15 y Dt 19,1-10.

LEY

1. DECÁLOGO Y PARÉNESIS.

4,44-48 Aparte la referencia local y temporal, estos versos pertenecen a un cuidadoso sistema de títulos y subtítulos.

4,46 La localidad es la ya conocida de Bet Fegor; el tiempo genérico es cuando la salida de Egipto, en particular, después de la victoria sobre los dos reyes.

Un primer título abarca la ley entera con sus sanciones, o sea, hasta el cap. 28 incluido: se llama la Ley o tôrâ. El segundo título abarca el código legal, 5,1-26,16. Se llama mandatos y decretos.

El código comprende: un amplio prólogo (5,11); el cuerpo de leyes y comentarios (12-26); el epílogo (27-28); La bina "mandatos y decretos" encuadra por inclusión el prólogo y el cuerpo: 5,1 con 11,32; 12,1 con 26,16. Por el tema, propone el decálogo al empezar el prólogo, y lo amplia y desarrolla libremente en el cuerpo. El prólogo del código se articula en dos piezas paralelas (5-8 y 9-11) que comienzan las dos con "escucha, Israel". Ambas secciones contienen elementos históricos, parénesis y sanciones. Esos detalles acumulados muestran la conciencia y diligencia con que han compuesto el libro los doctores.

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